Cultura

Manuel Moleiro: Amor al libro y pasión por Castilla y León

"Sus obras únicas, bellamente iluminadas, respetando siempre el tono original, despiertan, cada vez más, el interés y la pasión de coleccionistas e instituciones"

El editor Manuel Moleiro junto a uno de sus «tesoros» que se pueden contemplar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid
Manuel Moleirolarazon

La de Manuel Moleiro, famoso en todo el mundo por la reproducción de códices casi imposibles de distinguir de sus originales, es una historia de amor por el saber a través del libro, pero también por Castilla y León, muy especialmente. Sus obras, que como digo se confunden con las originales, hechas sobre soporte de pergamino, vitela, o papel papiro, acompañan a las Edades del Hombre, año a año, desde 2011, seduciendo a centenares de visitantes, que disfrutan al tener entre sus manos el Splendor Solis, el Atlas Miller,El Breviario de la Reina Isabel la Católica, el Libro del Caballero Zifar, que guarda en sus páginas el primer texto escrito en prosa en castellano y que conserva la Biblioteca Nacional de Francia por obra y gracia de Napoleón Bonaparte, el Libro de Horas de Juana I de Castilla, Juana la loca y Ana de Bretaña, la Biblia de San Luis, Rey de Francia, o el Dioscórides de Cibo y Mattioli.

Al amparo de estos manuscritos, celosamente guardados bajo llave en las bibliotecas nacionales y museos más importantes del mundo, tales como el Metropolitan de Nueva York, el Louvre, el Hermitage, o la Fundación Gulbenkian. Manuel Moleiro está llevando el nombre de Castilla y León allá donde van sus códices.

La Cultura es el petróleo de nuestra tierra, algo que ha entendido muy bien este gallego universal, al que debemos reconocimiento y gratitud. Sus obras únicas, bellamente iluminadas, respetando siempre el tono original, despiertan, cada vez más, el interés y la pasión de coleccionistas e instituciones; expuestos recientemente en la Plaza Mayor de Valladolid, Salamanca o León, siguen ahora su itinerario por otros lugares de España y del extranjero, Nueva York, Chicago, Miami, París, Bruselas, Londres, Lisboa, Buenos Aires, Ciudad de México o Abudabídentro de las constantes actividades que Moleiro organiza, se encuentra una especialmente ligada a esta tierra, con motivo del Año Jubilar Lebaniego 2023; me refiero a la difusión entusiasta del Beato de Fernando I y doña Sancha. Las conferencias y exposiciones de estos y otros tesoros bibliográficos, constituyen una admirable propagación de la historia universal de Castilla y León.

Para la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pocas actividades podrían dar una mejor imagen que la actividad cultural que Manuel Moleiro ha tenido el acierto de promover en torno a sus manuscritos codiciados por particulares y por museos de Europa y de América, pero no sólo, y utilizados como regalo de Estado, tal y como se hizo recientemente con el Papa Francisco y con Dan Juan Pablo II, el Presidente de Francia o el de los Estados Unidos.

La artesanía del oficio en la reproducción del libro del siglo X al XVI, a la que tanto aportó el esplendor castellano y leonés de aquella época dorada, bien merece la pena una gacetilla, tanto por los conocimientos que aporta, como por lo que ennoblece nuestro patrimonio cultural. Estas obras de arte, encuadernadas con piel curtida de modo natural, libre de productos químicos, y editadas con un papel o pergamino hecho a mano e indiferenciable del original del códice, se han convertido en un tesoro, en un tiempo en el que el amor al libro está regresando de nuevo a la vida, a las bibliotecas, y a las manos de los españoles, también entre los más jóvenes.

Manuel Moleiro hace el esfuerzo de acudir a todas las citas del libro de Castilla y León. Ahí están, entre otras joyas, los Códices de Fernando I y Doña Sancha, el del Monasterio de Santo Domingo de Silos y los de San Pedro de Cardeña y San Andrés de Arrollo. En cada una de las ferias del libro monta, gratis et amore, una caseta donde el curioso lector puede ojear y palpar, con sus propias manos, códices iluminados con las más espectaculares pinturas medievales y renacentistas, objetos de deseo de reyes, emperadores, príncipes y prelados. Sólo un editor puede presumir de haber devuelto a la vida, para regocijo de muchos, los libros que abarcan los conocimientos que más influencia han tenido sobre la vida humana, tal y como los concibieron sus autores hace siglos y ese es Manuel Moleiro.

Con razón el que fuera presidente de Colombia, Belisario Betancourt, hombre gustoso de libros y sólidos pensares, una de las primeras cosas que hacía con los invitados que llegaban a su casa, allá en los cerros bogotanos, era llevarlos a la biblioteca y mostrarles orgulloso las ediciones únicas e irrepetibles adquiridas a lo largo de los años, sobre todo durante la etapa que fue embajador de su país en Madrid, una de las más florecientes.

Para la reconocida historiadora de arte Sandra Sáenz-López, El Beato de Fernando I y Sancha, libro estrechamente vinculado al Reino de León, reproducido y puesto en valor por Moleiro, puede considerarse como “Las Meninas de la Biblioteca Nacional de España”. No me sorprende tal afirmación. Este es, tal vez, el más espléndido y radiante de todos los Beatos, incorporado al Registro Internacional de la Memoria del Mundo. Una verdadera joya con la que se inscribe también, con letras de oro, el nombre de Castilla y León en el Patrimonio Cultural de la Humanidad.