Naturaleza
Medio Ambiente prepara el camino para la reintroducción del lince ibérico en Castilla y León
La Comunidad propondrá áreas que cumplan los requisitos de hábitat y de densidad alta de conejos para cumplir los protocolos del grupo de trabajo nacional de la especie y siempre desde el diálogo y participación con la población local
La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio estudiará zonas aptas para la reintroducción del lince ibérico en Castilla y León, una medida que sale adelante en el marco del grupo nacional de la especie, en el que la Comunidad participa como “territorio histórico y estratégico para la posible expansión” del felino, algo que podría producirse de forma natural desde el norte de Extremadura y los Montes de Toledo, donde se han censado 14 y 221 ejemplares, respectivamente, según los últimos datos facilitados por este grupo.
En todo caso, algunas administraciones autonómicas, como es el caso de la Junta, cuentan con un plan B para acometer una reintroducción en aquellas áreas que cumplan los requisitos de hábitat y de densidad alta de conejos, si bien es cierto que no llevará a cabo ninguna medida sin el diálogo con la población local, desde los propios vecinos a los agricultores o los cazadores, entre otros colectivos. Algunas de esas zonas “interesantes” podrían encontrarse en Zamora y en el círculo que representa la comarca del Cerrato, entre Palencia, Burgos y Valladolid.
El jefe de Servicio de Espacios Naturales, Flora y Fauna, David Cubero, expone en declaraciones a Ical que se pretenden realizar los trabajos de forma “seria y planificada”, de ahí que se elaborará un estudio previo en los próximos meses para detectar qué zonas o comarcas de la Comunidad podrían albergar una población segura de lince ibérico. “Puede parecer que lo hacemos por jugar; pero queremos contribuir y colaborar en la expansión de la especie”, sostiene.
El análisis se desarrollo por deseo propio del consejero del ramo, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien encarga este trabajo de campo a la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León para la selección de posibles áreas de reintroducción, y que además se financiará con fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, con un importe de casi 65.000 euros.
David Cubero profundiza en que se elaborará un estudio previo que se enmarca en protocolos planteados a nivel nacional, y que se basan en un “análisis y caracterización” de zonas prioritarias que cumplan requisitos de hábitat y de conejo.
Se trabajará en esta línea hasta julio, aunque el proyecto está abierto hasta el 30 de septiembre, periodo en que los técnicos consideran que se podría definir si es viable plantear un área de reintroducción en la Comunidad. “Creemos que sí, porque tenemos territorios y zonas de conejo muy interesante”, precisa Cubero a Ical. Es más, si las conclusiones son positivas, en la segunda mitad del año se planteará una inversión sobre zonas seleccionadas para trabajar en esa introducción y en las amenazas, como vallados o carreteras, pues en la actualidad los atropellos en viales son la principal causa de mortandad de la especie. Todo ello, una vez presentado al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco).
Zonas potenciales
Desde la Consejería son cautos a la hora de mencionar algunas zonas potenciales de reintroducción de la especie y aclaran que las áreas del sur de Ávila y Salamanca son “de alta calidad”, pero los trabajos previos desarrollados hasta ahora indican que el conejo no tiene densidades muy altas.
Además, David Cubero cita otros territorios “interesantes”, a falta de la construcción de estos estudios, como son las áreas de pinares y arenales junto a cursos fluviales. En este segmento se observan puntos de Zamora, así como la comarca del Cerrato, que recoge un círculo que representa, principalmente, a la provincia de Palencia, pero también a Burgos y Valladolid. “Cumplen el hábitat y tienen buena calidad de presencia de la especie presa”, reitera.
Otra guía que utilizará la Fundación Patrimonio Natural es el área de expansión del águila imperial, que “puede marcar unas directrices” gracias a la presencia del conejo, presa en la que la rapaz coincide en la alimentación del lince. Esta cuestión “permitirá en última instancia asentarse en un territorio”.
Cubero vaticina que a lo largo del verano se definirán estas zonas para más tarde trabajar a medio plazo, siempre que acepte la propuesta el grupo de trabajo del Comité de Flora y Fauna que coordina el Miteco, y en el que se encuentran todas las autonomías. “Lo haremos desde la obligación y responsabilidad”, ensalzó.
Diálogo con la población local
David Cubero aclara que todos estos análisis tendrán escaso valor si no van de la mano de la población local. “Es fundamental. No iniciaremos ningún proyecto sin la sensibilización previa de todos los colectivos, para que sea un proyecto para disfrutar y vender, pero siempre con ellos. Sin ninguna decisión tomada de antemano”, asevera.
A su juicio, la reintroducción del lince ibérico contribuirá a mejorar las poblaciones de especies cinegéticas, como es el caso la perdiz, “al realizar un control de carnívoros”. “Será un ejemplo de éxito de colaboración.
Actualmente, y según el último censo de este grupo de trabajo, la población ibérica del llamado ‘Lynx pardinus’ ha batido un nuevo récord, con un total de 1.365 ejemplares censados entre adultos, subadultos y cachorros nacidos en 2021. Se trata del mejor dato registrado de poblaciones ibéricas de la especie y supone un incremento de casi un 23 por ciento respecto a 2020, cuando se contabilizaron 1.111 individuos. Pese a haber superado la situación más crítica, la especie sigue considerada oficialmente en peligro de extinción, según el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
Así, la población sigue la tendencia ascendente positiva de los últimos años y se alcanza ahora la cifra más alta de ejemplares censados desde que se cuenta con programas de seguimiento de la especie. El éxito de conservación del lince ibérico -uno de los más exitosos del mundo en felinos- se constata considerando que hace dos décadas el número de ejemplares contabilizados era inferior al centenar.
De los 13 núcleos poblacionales registrados en la Península Ibérica, 12 se encuentran ubicados en España, con 1.156 ejemplares: cinco se ubican en Andalucía (con 519 individuos), tres en Castilla-La Mancha (473) y cuatro en Extremadura (164 ejemplares). Además, se suma otro más en Portugal, en el Valle del Guadiana, con 209 animales.
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