Semana Santa
Miles de fieles arropan al Cristo de la Luz en Valladolid
Dulzainas, el coro de la UVa y la banda municipal de Arroyo de la Encomienda acompañaron al cortejo penitencial
El Cristo de la Luz alumbró este Jueves Santo las calles de Valladolid, en una mañana que amaneció fría y con un sol radiante a orillas del Pisuerga. Con la ciudad abarrotada en estos días de Pasión, fueron muchos los residentes y turistas que no quisieron perderse uno de los momentos más especiales de la Semana Santa vallisoletana, para acompañar en silenciosa procesión el recorrido de la talla de Gregorio Fernández, que data de 1630 y es una de las más queridas, partió a hombros de 24 hermanos universitarios.
La campana de la fachada del Palacio de Santa Cruz repicó a las 11 en punto y el Coro Universitario interpretó su variado repertorio. La imponente, dramática y realista figura del Santísimo Cristo de la Cruz asomó por la puerta principal, clavada en el madero y sobre un manto de flores púrpura. La gubia del gran escultor gallego, pero vallisoletano de adopción, salía de nuevo a la calle, informa Ical.
La emoción flotaba sobre la atenta mirada de cuantos abarrotaron la plaza, cómplices de un silencio casi sepulcral que rodea a una figura muy delgada, cuidada en cada poro de su piel y en la sensación de agonía.
El paso del Cristo de la Luz, reflejo de amor estremecedor, salió acompañado de su hermandad titular, con un cortejo que inició la cruz alzada y los ciriales, portados por hombres ataviados con hábito púrpura y capucha roja. Una de las características más llamativas de la procesión es el número importante de niños que la siguen y la música protagonizada por la dulzaina, tamboril y bombo, que emula sones barrocos del siglo XVII. Un aspecto que la convierte en única. Tras la talla, responsables universitarios y municipales y la Banda Municipal de Arroyo de la Encomienda.
La talla de Gregorio Fernández volvió así a recibir muestras de cariño de los vallisoletanos, que aprovecharon la jornada para contemplar su agónica expresión, los regueros de sangre que discurren por su cuerpo, sus dientes de marfil, sus uñas y su corona de espinas naturales.
La Hermandad de El Cristo de la Luz, que organiza esta procesión, se fundó en 1941 cuando el entonces rector de la Universidad de Valladolid, Cayetano Mergelina, propuso crear una nueva cofradía con docentes y alumnos del Colegio Mayor Santa Cruz. Tras una etapa de decadencia en los años 60, que incluso llevó a suspender su salida en 1965, la agrupación recuperó en 1992 su protagonismo en la Semana Santa vallisoletana.
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