Gastronomía

El "pecado cárnico" que será protagonista este Lunes de Agua

El embutido ibérico es el producto principal de este tradicional plato

Hornazo salmantino
Hornazo salmantinoWikipedia

Este lunes 8 de abril los salmantinos están de fiesta. Cogerán sus viandas y se irán a celebrar el tradicional "Lunes de Aguas". De entre todos los alimentos que van a disfrutar de este día los mayores, jóvenes y niños, hay uno que destaca por encima de todos, y que está considerado como "el pecado cárnico".

¿Qué es el Lunes de Aguas?

Atendiendo a las Ordenanzas que el rey Felipe II implantó en el siglo XVI para el funcionamiento de las denominadas en aquella época como Casas de Mancebía, se tenía que preservar el ayuno y abstinencia carnal en la Cuaresma. “En días de fiesta, Cuaresma, cuatro témporas y vigilias, no estén las dichas mujeres ganando”, se decía en estas ordenanzas, por lo que este Lunes de Aguas suponía el fin de la abstinencia desde la Cuaresma y la "vuelta a la normalidad" exaltación espontánea de celebrar el fin de esta medida en ciudad universitaria de Salamanca.

En 1543 el monarca decidió celebrar su boda con María de Portugal en Salamanca cuando contaba solamente con 16 años de edad. Y la visita causó gran expectación entre los salmantinos. Durante su estancia en la ciudad quedó estupefacto ante el libertinaje sexual que reinaba por toda la ciudad, algo que se daba sobre todo entre los estudiantes, por lo que decidió tomar cartas en el asunto para evitar que su boda pudiera empañarse por la bacanal del ocio, la diversión y los excesos que imperaban en la capital estudiantil.

Su decisión fue la de exiliar a las prostitutas durante la Cuaresma a una casa de mancebía situada al otro lado del río con la finalidad de evitar los pecados de la carne, tan prohibidos por la Iglesia en esta época del año y a cargo del conocido como "Padre Putas", encargado de cuidarlas y vigilarlas.

Otras voces hablan de que el epicentro de esta celebración va ligada a la Universidad desde hace casi 800 años.

Pues reunidos en torno a este celebración se van a reunir los alimentos para degustar sus productos típicos, y hay uno que destaca por encima de todos, el hornazo.

Este producto típico de Castilla y León, pero con un gran arraigo en la provincia de Salamanca, y dónde más rico está, es una masa de pan de engrasada con manteca de cerdo que se rellena de ingredientes ibéricos varios a gusto del consumidor , aunque lo habitual es que sea de lomo, chorizo.

Entre los hornazos más conocidos están los elaborados en los días posteriores a la Pascua que incluyen huevo duro en su composición. A veces, solamente es la masa con el huevo y, otras, al contenido de la empanada se añade el huevo. Ello se debe a que, antiguamente, los huevos eran considerados carne, por lo que no se podían comer durante la Cuaresma, aunque las gallinas, como es natural, seguían poniendo. Los huevos se conservaban cocidos y se consumían después de la Pascua.

De ahí los hornazos y otras muchas costumbres, en torno a esta fecha, en las que se incluye el huevo duro (huevos de pascua o pintados, cocas y Monas de Pascua de las comunidades valenciana y catalana ...). Por las mismas razones, también se comen huevos en la época de Carnaval (especialmente en el Jueves Lardero), ya que no convenía guardarlos durante toda la Cuaresma.

Ingredientes

-750 g. de harina

-500 g. de chorizo

-500 g. de filetes de cinta de lomo

-100 g. de jamón

-100 g. de manteca de cerdo

-100 ml. agua

-100 ml. vino blanco

-100 ml. de aceite de oliva

-25 g. levadura

-Una cucharada de sal y de azúcar

-1 huevo

 

Para hacer la masa, se mezcla el agua un poco tibia, el vino blanco, la manteca de cerdo y el aceite de oliva. Todo se remueve y se le añade la levadura, la harina, el huevo, la sal y el azúcar.

La masa debe descansar al menos 30 minutos y después se extiende en dos partes (superior e inferior del hornazo) y se separa un trocito para decorar. Sobre la parte inferior se coloca el chorizo, la cinta de lomo y el jamón. En ocasiones hay recetas que también llevan huevo cocido.

Se cubre con la otra parte de masa, se corta el sobrante y se cierran bien los bordes, presionando para que no se abran. Se pincha por último la parte superior con un tenedor para que 'respire'.

La masa que habíamos reservado se usa para decorar en forma de rejilla o con tiras cruzadas y se 'pinta' de huevo batido.

Finalmente se mete al horno (previamente precalentado) a 190ºC hasta que el hornazo esté cocido y dorado, lo que tarda unos 30 minutos.