UGT reivindica una economía del cuidado "bien regulada " y con empleos "dignos"

Este domingo se celebra el Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo. Una jornada que sirve para recoger las reivindicaciones sindicales relativas a la creación de empleos de calidad en la economía del cuidado y la dignificación y puesta en valor del trabajo. Algo que, en opinión de UGT Castilla y León es "absolutamente imprescindible" en las personas cuidadoras.

El sindicato hace suyo un estudio de 2022 de la Universidad Carlos III y del Instituto Aragonés de la Mujer, en el que se revela que más de un tercio de la actividad económica del país correspondía a los trabajos domésticos y de cuidados no remunerados. O lo que es lo mismo, un 40 por ciento del PIB.

Por otra parte, según la OIT, tres de cada cuatro personas que realizan esas tareas son mujeres, lo supone el sacrificio de sus proyectos laborales y personales. Esta conclusión también está avalada por la premio Nobel de Economía 2023, Claudia Goldin, que concluye que la desigualdad surge ya con el primer hijo y que el papel de cuidadoras que se ha otorgado a las mujeres a lo largo de la historia sigue lastrando su proyección en el ámbito laboral y en su ser y estar como persona igual en la sociedad.

En Castilla y León, según los "ugetistas", son alrededor de 133.000 personas las que se dedican a la prestación de cuidados, ya sea como personal sanitario y sociosanitario (80.000 sanitarios y 37.000 sociosanitarios), o empleadas de hogar (15.700).

Por otra parte, la cifra de cuidadores no profesionales, afiliados como cuidadores familiares, es de 4.735 personas. Los porcentajes de empleo femenino en cada uno de ellos son del 78 por ciento en personal sanitario y sociosanitario, un 87% en los cuidados no profesionales y el 97% en empleadas de hogar.

Entre las personas extranjeras afiliadas en estos sectores los porcentajes son del 96% de mujeres como empleadas de hogar y del 97% como personal sanitario y sociosanitario.

En cuanto a las potenciales necesidades de atención y cuidados en Castilla y León, desde el sindicato señalan que hay que tener en cuenta, según el último padrón elaborado por el INE, que el 26,1 por ciento de la población castellano y leonesa supera los 65 años, el 9,7 por ciento tiene más de 80 años.

"Al ser la comunidad autónoma más envejecida, tiene unas necesidades profesionales mayores y una mayor diversificación de las disciplinas del cuidado”, advierten desde UGTCyL. En este sentido, la secretaria de Políticas Sociales e Igualdad de UGTCyL, Victoria Zumalacárregui, considera necesario un avance en la economía del cuidado enmarcado en el Diálogo Social, avalado por los resultados positivos alcanzados en los últimos 15 años.

Además, hace hincapié en la profesionalización y diversificación, poniendo en el centro a las personas dependientes y menores, e incide en la aplicación de una perspectiva de género abundando en la corresponsabilidad, pero también en la puesta en valor del trabajo de cuidados "que revierta en la eliminación de la precariedad laboral, las malas condiciones de trabajo, la discriminación laboral en un sector altamente feminizado y las pésimas retribuciones salariales".

La dirigente de UGT asegura que el sector sociosanitario, es el que más tiempo y cuidado emplea para dar el servicio, y advierte de que a pesar del incremento del Salario Mínimo Interprofesional "se continúa trabajando con jornadas parciales que impiden poner fin a la precariedad que padecen las mujeres en este sector”.

Por otra parte, afirma que es necesario dignificar también el trabajo doméstico y el empleo del hogar, cuyo salario bruto medio total es un 56% inferior al salario medio de todas las ramas de actividad, según Zumalacárregui. Porcentajes que, apunta, y según el tipo de jornada, son inferiores en 41,7% en jornada completa y un 39,7% en el caso de la jornada parcial.

Finalmente, el sindicato llama a apostar por una economía del cuidado bien regulada, que garantice el acceso universal a servicios públicos de calidad y que ponga fin a la sistemática discriminación y segregación laboral a través de empleos en cuidados formales y dignos, la adopción de políticas sobre licencias para cuidados que fomenten un reparto más equitativo de las responsabilidades familiares, además de establecer prestaciones de protección social relacionadas con los cuidados y garantizar la representación de las personas cuidadoras mediante la negociación colectiva y el Diálogo Social.