Curiosidades
La única casa de Cervantes que se conserva original y en la que se vio envuelto en un desafortunado asesinato
El universal escritor vivió en esta residencia tres años, entre 1603 y 1606, donde gestionó la primera parte de "El Quijote", escribió el prólogo y comenzó la segunda parte
Valladolid es una ciudad monumental, con una gran historia a sus espaldas. Una ciudad en la que, por ejemplo, se casaron en secreto los Reyes Católicos un 19 de octubre de 1469 en el Palacio de los Vivero de la capital del Pisuerga, y en la que pasó los últimos años de su vida el navegante Cristóbal Colón, el descubridor de América.
La capital del Pisuerga como tal, tiene casi mil años de historia, puesto que se fundó allá por el año 1074. O lo que es lo mismo, hace 950 años, cuando el rey Alfonso VI donó la Plaza Mayor al Conde Pedro Ansúrez, el noble que tiene una estatua en el centro de la Plaza Mayor, que fue quien impulsó su desarrollo en base a los privilegios y franquicias concedidos por los reyes de León y de Castilla.
Si bien, fueron los vaceos doscientos años antes de Cristo los primeros pobladores de esta zona y también hay huellas del pasado romano en la ciudad, como son los restos arqueológicos de una antigua villa romana que data de los siglos I, II y III d.C junto a la Iglesia de La Antigua de Valladolid, al lado de la Catedral.
Además, en el siglo XIII, Valladolid se convirtió en el centro cultural de Castilla y experimentó un rápido desarrollo y crecimiento gracias al empuje que supuso su incorporación en el año 1208 a la corte de Alfonso VIII pero también favorecida por los privilegios comerciales otorgados por Fernando III, Alfonso X y la reina regenta María de Molina.
La ciudad pude presumir también de contar con una Universidad desde el año 1346 gracias a una bula del Papa Clemente VI y casi 500 años después fue ocupada por los franceses en 1808 para después ser liberada por el ejército mandado por Wellington en julio de 1812 durante la Guerra de Independencia española contra invasor napoleónico.
En la capital vallisoletana se produjo en el siglo XVI también un momento histórico: el inédito debate sobre los derechos y la dignidad del hombre en aquella época, casi 400 años antes de la firma de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), que es conocido como la Controversia de Valladolid. Un hito de tal calado que puede ser considerada como la cuna de los Derechos Humanos.
También se estableció en la ciudad el Tribunal de Chancillería y la Inquisición llegó a Valladolid, dando lugar a la celebración de famosos autos de Fe en ágora vallisoletano que se mencionan en la universal novela "El Hereje", de Miguel Delibes.
Pero antes, llegó a ser durante los primeros años del siglo XVII la capital del Reino de España -concretamente, los que van de 1601 a 1606-, periodo en el cual la ciudad ganó importancia a nivel internacional.
Este hecho, nada baladí, propició que por sus calles y plazas pasearan y dejaran un legado para la eternidad algunos de los literatos y autores de la Corte, como Luis de Góngora, Francisco de Quevedo o Miguel de Cervantes.
Y es precisamente la huella que dejó en Valladolid el autor de "El Quijote" o de las doce Novelas Ejemplares, lo que ocupa estas líneas, por cuanto en pleno centro de la ciudad, en la calle Rastro, se encuentra la única vivienda en la que residió Cervantes que se ha conservado de forma original hasta nuestros días, tal y como fue concebida en su día.
En esa casa habitó el ilustre escritor entre 1603 y 1606. Pero lo más importante es que mientras vivió en ella junto a sus hermanas Andrea y Magdalena, gestionó la publicación de la primera parte de su Quijote, redactó su prólogo y empezó a escribir la segunda parte de las andanzas del caballero de la triste figura. Además, se cree que escribió algunas de sus Novelas Ejemplares dadas las numerosas referencias de la ciudad que aparecen como en El Casamiento Engañoso, donde se hace referencia a la Puerta del Campo, hoy conocida como Campo Grande. También en Valladolid se encuentran los escenarios de alguna de sus novelas, como Hospital de la Resurrección, hoy Casa Mantilla, que aparece en El coloquio de los perros.
Su estancia en Valladolid no fue precisamente un camino de rosas. De hecho, por una confusión estuvo en la cárcel vallisoletana -la misma por la que pasaron su padre y su abuelo-, después de verse envuelto como testigo un desafortunado asesinato, el del caballero Santiago Gaspar de Ezpeleta, tras ser herido durante un duelo a muerte en la noche del 27 de junio de 1605 que tuvo lugar cerca del Matadero o Rastro nuevo, en la orilla izquierda del Esgueva, una zona recién urbanizada y a las afueras de la ciudad.
Según consta en la documentación de la época y del proceso que llevó a cabo el juez Villarroel, el herido fue recogido y llevado por los vecinos a los edificios en los que residía Cervantes con. Con el fin de acelerar el proceso de declaraciones, el magistrado mandó a prisión a once personas, entre ellas el literato y su familia, excepto su hermana Magdalena y su mujer, Catalina, quien se encontraba fuera de Valladolid.
La documentación que se conserva del proceso Ezpeleta nos deja uno de los mejores retratos de Cervantes a cargo de su hermana Andrea, que define a su hermano como un «hombre que escribe y trata negocios, y que por su buena habilidad tiene amigos» .
La identidad del asesino de Ezpeleta nunca se supo a pesar de la exhaustiva investigación que se llevó a cabo, aunque en las declaraciones durante el proceso se apunta a una aventura amorosa que mantenía el caballero asesinado con una mujer casada como móvil del crimen.
Una Casa de enjundia
En cuanto a la vivienda de Cervantes en Valladolid, donde llegó cuando era la capital del Reino para ser recaudador de impuestos, pertenecía a un conjunto de cuatro edificios construidos por Juan de las Navas en 1601 en el entonces llamado Rastro de los Carneros.
El inmueble se compone de seis cuartos que recrean, con mobiliario original del siglo XVII, el estilo de vida, el gusto y las costumbres de la época. Además, la regularidad en la distribución de sus vanos, los balcones en la planta principal y las ventanas en la segunda, coincide con el modelo habitual de fachada establecido en Valladolid desde el siglo XVI.
La zona delantera de la casa está precedida por un jardín, de tipología española, diseñado regularmente mediante bojes y mirtos en origen, que ha experimentado diversas variaciones tanto en estructura como en decoración y altura. En el centro se encuentra una fuente de línea clásica rematada por bello fragmento escultórico de mármol del siglo XVI, según se apunta en la web municipal.
La fachada posterior de la casa repite la misma estructura, pudiéndose acceder a un patio que recuerda la antigua existencia de corrales. Hay un patio accesorio, con varios pozos, en el que se conserva restos de su tabiquería divisoria correspondiente a los diferentes inmuebles que constituyen el conjunto actual.
El patio posterior de la vivienda conserva la distribución original del corral al haberse conservado el muro de separación que primitivamente separaba las casas vecinas. Fue la zona usada como cocina.
Sobre el muro se han colocado los cuatro relieves en hierro fundido con episodios del Quijote que en 1877 fueron modelados por el escultor Pablo Santos de Berasategui para decorar el pedestal del monumento que aquel mismo año se dedicó al ilustre escritor.
La cocina fue instalada con chimenea y bancos laterales, como en otros museos creados por el marqués de la Vega Inclán. No corresponde verdaderamente a la estructura de la casa pero es un tipo de chimenea que se representa en la pintura de la época, aunque es propia de cocinas más grandes o de casas de campo
El Ministerio de Cultura y Deporte adquirió en 2019 el inmueble colindante al Museo para ampliar la sede y proporcionarle nuevos espacios expositivos y equipamientos que mejorarán la accesibilidad y la oferta al visitante. Dicha adquisición permitirá duplicar el espacio actual del museo y dar respuesta a las necesidades que requiere la institución.
El inmueble dispone de un gran auditorio con un aforo para 220 personas, dos salas de exposición temporal, un aula de formación, vestíbulo de recepción y aseos de uso público; así como otros espacios de uso interno (zonas de reserva y administrativas).
Horarios de visita y tarifas
De martes a sábado, de 09:30 a 15:00 horas.
Domingos y festivos, de 10:00 a 15:00 horas.
Entrada general: 3 euros
Reducida:1,50 euros
Conjunta con el Museo Nacional de Escultura: 5 euros
Entrada gratuita: menores de 18 años, mayores de 65 años, estudiantes de entre 18 y 25 años, carnet joven, personas con discapacidad (y acompañante), miembros de ICOM, ANABAD, APME, FEAM e Hispania Nostra, pensionistas, desempleados, familia numerosa, personal docente, guías oficiales de turismo, periodistas.
Gratuita los domingos y los días 18 de mayo, 18 de abril, 12 de octubre y 6 de diciembre
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