Escapadas

El vertiginoso mirador en la "Noruega" leonesa que ofrece unos atardeceres de postal

Un enclave impresionante en el que se puede practicar senderismo, montañismo, el kayak y la piragua además de pasear en barco y conocer su historia

Atardecer desde el Mirador de Las Hazas, en Riaño
Atardecer desde el Mirador de Las Hazas, en RiañoR. OrtegaLa Razón

Castilla y León es un territorio de la España autonómica con muchos siglos de historia a sus espaldas, formada por la unión de dos Reinos Históricos en su momento, que cuenta con un patrimonio cultural y monumental sin igual, donde abundan los castillos y los palacios, pero también y sobre todo los religiosos en forma de iglesias, ermitas, catedrales o conventos, además de una sorprendente arquitectura civil con los puentes sobre el Duero como protagonistas, o popular, en casas medievales, calles y plazas con encanto en pueblos de apenas un centenar de vecinos o menos, además de palomares o depósitos de agua, que tienen su aquél, y en la que se puede disfrutar y degustar de le mejor despensa y gastronomía de España.

Además, y para más inri, en Castilla y León se puede desconectar del mundanal ruido de las ciudades en alguno de sus más de 2.20 municipios, muchos de ellos ubicados en espectaculares entornos naturales de una gran belleza.

Su situación geográfica estratégica, con grandes contrastes y multitud de ambientes, permite disfrutar de una extraordinaria diversidad biológica y paisajística a lo largo de sus más de 94.000 km2, que sirven a su vez de refugio para muchas especies amenazadas.

Lugares con encanto, que no dejarán indiferente a nadie que los visite alguna vez en su vida, como el que LA RAZÓN quiere acercar en estas líneas, en la provincia de León.

Se trata del actual Riaño, el pueblo "más joven" de las tierras leonesas, puesto que cuenta con tan solo 40 años debido a la construcción del embalse que sumergió al Riaño original a unos 65 metros de profundidad y a otros ocho pueblos del valle montañoso en el que se encontraban tras su construcción (Burón, Pedrosa del Rey, La Puerta, Salio, Huelde, Anciles, Vegacerneja y Escaro), lo que obligó a los vecinos a desplazarse a otro lugar cercano y a mayor altitud para empezar de cero, . Si bien, este cambio, que no fue nada fácil en la época, y provocó numerosas protestas vecinales, tuvo su lado positivo, al menos en los paisajístico.

Riaño (León) y sus alrededores, nevado
Riaño (León) y sus alrededores, nevadoLa Razón

De hecho, este pantano y sus aguas inundaron un valle de infinitas paredes verticales que, a pesar de no contar con glaciares y que el agua es dulce y no salada, nada tienen que envidiar a los populares fiordos noruegos.

Un lugar espectacular, con atardeceres de postal, tranquilidad y naturaleza en estado puro que no dejará indiferente al visitante calma, , que podrá también disfrutar del montañismo, el senderismo o la bicicleta de montaña en infinidad de rutas y caminos junto al embalse y el valle, donde perderse unos días y con los Picos de Europa muy cerca también. Entre estos caminos destacan el sendero del recuerdo, la popular "Ruta de los osines", o el paseo hasta la Cueva de la vieja del monte además del ascenso a los Picos Gilbo y Yordas.

El Paseo del Recuerdo, de un kilómetro de recorrido bordeando la zona sur del pueblo, es otra opción para conocer a fondo Riaño y su historia, así como sus vistaa cuando no existía el embalse.

Un enclave ideal para practicar deportes de riesgo, pues las montañas que rodean el pantano son perfectas para hacer escalada y descensos y sus aguas ideales para practicar actividades acuáticas como kayak o piragua.

También navegar en un barco típico desde el puerto deportivo donde se puede descubrir la historia del pueblo y la construcción del embalse, al tiempo que se contempla el vuelo de los halcones, águilas y otras aves rapaces que abundan en la zona.

 

En Riaño también se localiza "el columpio más grande del España", en el mirador de Las Hazas, que ofrece unas vistas son espectaculares dignas de inmortalizar en el selfie del año. En dirección al cámping de Riaño se llega también al mirador del Alto Valcayo, una antigua torreta de vigilancia, que ha sido recubierta de escobas, simulando un chozo de pastores, y en la que se han colocado unas ventanas con carteles informativos, sobre el Riaño desaparecido y sobre la fauna de la Montaña.

También en Riaño, a las afueras del pueblo, y junto a la ermita de Nuestra Señora del Rosario, se encuentra el banco más bonito de León, desde donde se puede disfrutar del reflejo de las aguas turquesas del pantano y de una calma absoluta, pero también de unas vistas sin igual.

Y para los más aventureros es de obligada visita el Valle de Anciles, con sus impresionantes formaciones de roca caliza junto a infinitos bosques de hoja caduca, una fauna salvaje única además de una de las primeras reservas de Bisonte Europeo y la vida animal en libertad.