Sociedad

A vista de Fénix

La Unidad de Drones de la Agencia de Protección Civil de la Junta moviliza dos aparatos con el fin de detectar y valorar desperfectos en edificios e instalaciones afectadas tras el temporal en Medina de Rioseco (Valladolid)

George Pospisil y Pablo Gutiérrez, integrantes de la Unidad Fénix de drones de la Agencia de Protección Civil y Emergencias, durante la inspección de los daños de la tormenta en la localidad vallisoletana de Medina de Rioseco
George Pospisil y Pablo Gutiérrez, integrantes de la Unidad Fénix de drones de la Agencia de Protección Civil y Emergencias, durante la inspección de los daños de la tormenta en la localidad vallisoletana de Medina de RiosecoMiriam Chacón/Ical

Como la visión de un ave, pero con un objetivo de última generación y con 56 aumentos. Así evalúa la Unidad de Drones (Fénix) de la Agencia de Protección Civil de la Junta de Castilla y León los posibles desperfectos ocasionados por el reventón térmico que azotó el pasado sábado la localidad vallisoletana de Medina de Rioseco tras la acción del granizo, la lluvia y las fuertes rachas de viento. Una furgoneta equipada con la tecnología y el material necesario para la intervención, dos drones y cuatro miembros (dos pilotos y dos observadores) ejercen el operativo y la labor preventiva con el fin de evaluar los puntos calientes con posibles daños, como puede ser tejados, fachadas o cualquier otro elemento arquitectónico que suponga un riesgo para la ciudadanía.

A petición del propio Ayuntamiento y de la mano de técnicos municipales, recorren diversas zonas del municipio en búsqueda del objetivo. “Nosotros no entramos a realizar una valoración técnica, dado que será el Consistorio el que establezca el nivel de riesgo una vez que se ha trasladado la información de la intervención”, afirma a la Agencia Ical el técnico del Centro Coordinador de Emergencias (CEE) y piloto de dron, George Pospisil.

Para ello, se trabaja por diferentes localizaciones de la localidad, entre los que se encuentran viviendas privadas, elementos históricos e instalaciones públicas, con especial incidencia en tejados o capuchones de chimeneas. Destaca que, en el caso de un templo religioso, se ha valorado e inspeccionado los aleros de zinc, que son utilizados para evitar filtraciones en el interior. Se han inspeccionado, porque al elevarse o quedar suelto suponen un riesgo muy grande de caída a la vía pública con los consiguientes daños personales o materiales, comenta.

A ese respecto, reconoce que se han detectado daños y desperfectos, por lo que dicha información como Agencia de Protección Civil ha sido derivada al Consistorio para que acometan las actuaciones que crean necesarias. Todo ello tras lograr un ángulo privilegiado y poder observar lugares y zonas de difícil acceso, una tarea que con este tipo de herramientas se convierte en una tarea sencilla. Un aparato y un piloto que se compaginan con la acción del observador, otro técnico que ejerce como el segundo par de ojos del piloto para detectar posibles inconvenientes, como son pájaros, cables o grúas, más si cabe en una zona urbana, señala.

No podrían trabajar sin un lugar en el que hacer la gestión de la intervención, donde su furgoneta está dotada de todo lo necesario para visualizar lo que el piloto está viendo, además de contar con internet y un punto de carga para las baterías para así extender la vida de las baterías, cuya duración se aproxima a los 30 minutos.

Altas capacidades

Con algo más de un año de funcionamiento y un personal adscrito de unas 20 personas, la Unidad Fénix ha superado entre ambos drones las 100 horas de vuelo, donde la mayoría de ellas se centra en la búsqueda de desaparecidos en el ámbito rural. Su intervención se efectúa en todas aquellas emergencias en las que el uso del dron aporte o facilite una información relevante para la resolución de la misma. Al final, los drones tienen la capacidad de acceder a sitios más remotos y mucho más cercano del terreno en comparación con la actuación de un helicóptero en determinadas circunstancias, puntualiza.

Y es que, los drones tienen una cámara visual con buena calidad, con mucho zoom, teleobjetivo y visión térmica. Pospisil explica a Ical que pueden hacer trabajo de levantamiento cartográfico en zonas que se valoren necesarias, como puede ser en un incendio forestal, porque con esta tecnología se pueden contemplar aspectos que por tierra serían muy difíciles de batir o que por aire requerirían medios aéreos que muchas veces son incompatibles por temas de tráfico aéreo o meteorología adversa.

“Nosotros podemos volar con condiciones meteorológicas un poco más adversas que el helicóptero. Si la niebla tiene una cobertura de 100 metros, el helicóptero no puede entrar, pero nosotros sí podríamos volar con ese margen de visibilidad”, subraya el piloto.