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Doble victoria: Una joven supera el coronavirus y un trasplante de corazón en el pico de la pandemia

El Vall d’Hebron realiza el primer trasplante cardíaco del país a una paciente después de superar una neumonía causada por la covid

Quienes lo conocen, dicen que el corazón es el órgano más incomprendido del cuerpo humano. No tiene tiempo para distraerse con amores y desamores, tiene que concentrarse en latir para que la sangre llegue a todas las partes del cuerpo. Pero a veces, esta máquina tan precisa falla, como ocurrió en esta historia coral en la que otra maquinaria bien engrasada, la del equipo médico del Hospital Vall d’Hebron, ha logrado un nuevo hito: salvar la vida de una paciente de 15 años con una cardiopatía congénita, a la que se le paró el corazón, tras haber superado una neumonía por COVID-19.

Hasta 1940, los médicos estaban centrados en vencer enfermedades infecciosas como la tuberculosis o la difteria. Pero una vez erradicadas, la medicina se centró en un problema creciente: curar las enfermedades cardiovasculares. En ochenta años, se han dado pasos de gigante. Hasta el punto de que en medio del azote de un nuevo virus que amenaza a la humanidad, ha conseguido cambiar un corazón que no funcionaba bien a una adolescente desde que era bebé.

Con esta operación, el equipo médico del Hospital Vall d’Hebron se convierte en el primero del país en realizar un trasplante cardíaco a un paciente que se había contagiado con el nuevo coronavirus. El doctor Ferran Gran, cardiólogo pediátrico y coordinador médico de Transplantes Cardíacos Pediátricos del Vall d’Hebron, conoce a la paciente desde que nació. Con sólo unos meses de vida, de bebé, fue operada a corazón abierto a causa de una cardiopatía congénita. Le cambiaron una válvula. "Concretamente, tiene una estenosis mitral, el orificio de la válvula mitral del corazón se estrecha y dificulta que la sangre circule”, explica el doctor Gran.

“El corazón no aguantaba más”

Desde entonces, "se ha sometido a cuatro cirugías mayores de corazón a causa de su cardiopatía para cambiarle la válvula según iba creciendo, además de intervenciones menores como colocar un marcapasos”, cuenta el doctor. Pero pese a los esfuerzos de los médicos, el corazón no bombeaba bien y estaba afectando a otros órganos como el pulmón o el riñón. Se acercaba la hora de plantear un trasplante. La paciente desarrolló hipertensión pulmonar y el principal miedo es que los pulmones se resintiera y en vez de un trasplante de corazón acabara necesitando un doble trasplante, de corazón y de pulmón.

“Llegó el momento de plantear un trasplante”

“Se decidió que la mejor opción médica era realizarle un trasplante de corazón”, explica el doctor Gran. “Introducimos el tema a la familia y a la joven que lo encajó bien”, cuenta el cardiólogo. La chica no podía hacer una vida normal, caminaba, pero apenas hacía deporte, no tenía una escolarización normal, porque tenía que ingresar a menudo en el hospital y tampoco podía relacionarse con los amigos como hacen los chicos de 15 años.

Lo tenían ya todo cerrado. El problema es que durante la consulta preoperatoria, en la que se tenían que firmar los documentos de consentimiento para hacer el trasplante de corazón, el equipo médico detectó que la joven tenía el coronavirus. La prueba PCR se hace a todos los pacientes que deben someterse a un trasplante. Pero en este caso, los médicos le detectaron la enfermedad porque tenía síntomas compatibles a una neumonía. “Los pulmones no funcionaban bien, tenía tos y unas décimas de fiebre”, recuerda el doctor Gran.

Una neumonía por covid antes del trasplante

El equipo médico estaba en lo cierto, la PCR confirmó el positivo y la paciente quedó ingresada en el Hospital Infantil por una neumonía por COVID-19. “La paciente no desarrolló un cuadro grave, sólo precisó oxígeno”, cuenta uno de los médicos que la atenció, el doctor Pere Soler, jefe de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría. A los pocos días, le dieron el alta y regresó a casa. Pero en casa, la chica empezó a encontrarse mal. Y su madre llamó al hospital con la sospecha de que el problema le venía del corazón. Las madres conocen bien a sus hijos. No se equivocaba. Cinco horas después de llegar al Vall d’Hebron, la joven tuvo un paro cardíaco por culpa de una arritmia e ingresó en la UCI de Pediatría.

Allí la cuidaron. Y un mes después de sufrir una neumonía por el coronavirus y superado el periodo de 21 días recomendable para someter a una persona a un trasplante, la joven entró en el quirófano. “Esperamos a que no tuviera ningún síntoma de la enfermedad y además, se le realizaron dos pruebas de PCR separadas en un periodo de 48 horas, que salieron negativas, para asegurar que se había recuperado totalmente”, añade el doctor Joan Balcells, jefe de la UCI Pediátrica del Vall d’Hebron.

Una nueva vida

“La intervención tuvo lugar el pasado 15 de abril”, recuerda el doctor Gran. “Fue bien y ahora la joven se recupera en la planta de hospitalización”, dice. Aunque desde que se despertó en la UCI el equipo de fisioterapia, trabaja para evitar problemas musculares y de motricidad graves, la paciente tiene por delante una larga recuperación. “Durante seis meses, las personas trasplantadas no pueden hacer vida normal”, cuenta el doctor. Pero pasado este tiempo, la joven tendrá una vida mejor que la que ha conocido hasta ahora. “Tomará medicación de por vida, pero podrá hacer la vida parecida a lo que hace una joven de 15 años", dice su médico.