Tribuna

Jueces

Creo haber explicado ya en alguna ocasión, la anécdota que corre como verídica entre juristas. Cabalgaba un día Federico El Grande por unas tierras y se quedo encantado con ellas. Se acercó entonces al labriego y le dijo cuánto dinero quería para quedárselas. El labriego le contestó que no estaban en venta y que efectivamente esas tierras eran suyas. Entonces Federico El Grande se presentó como tal y le dijo que estaba obligado a vendérselas, el labriego le respondió: «Aún quedan jueces en Berlín».

Si la anécdota no es cierta, no por ello deja de reflejar lo que son los jueces para los ciudadanos ante el arbitrio de la administración, ante el abuso de poder, o la defensa de la justicia social. Por eso la independencia del Poder Judicial no sólo debe ser efectiva sino también parecerlo, desde el juez de primer destino en un juzgado mixto de cualquier pueblo, hasta el mismísimo Presidente del Tribunal Supremo.

Ahora se pretende una vergonzosa reforma exprés para la elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, que no solo nombra a los altos cargos de la Magistratura, sino que también tiene la facultad sancionadora de todos los jueces.

Mal está que a este órgano lo nombren los políticos, intolerable seria que lo fueran solo por la de una determinada ideología sin necesidad de mayorías amplias.

Servidor vive día a día, codo a codo con los órganos que imparten justicia, con nuestros jueces y magistrados, yo seguiré creyendo en ellos. El problema está en si ellos podrán seguir creyendo en su órgano de gobierno, yo desde luego no estaría muy tranquilo si tuviera que impartir justicia en estas condiciones.