Opinión
20+20
El número 20 repetido, con lo bien que sonaba el nombre y lo guapo que quedaba en las portadas de las agendas y los calendarios cuando lo estrenamos, y lo que luego nos trajo... Quién iba a pensar que un año así tan vistoso, 2020, se iba a comportar de esta manera. Del 2000 hubiéramos esperado cualquier cosa, porque era el último año del segundo milenio y hasta se habían hecho profecías y todo advirtiendo de lo que podía pasar, igual que había ocurrido mil años antes en plena Edad Media. ¡Pero de 2020, cuando parecía incluso que los desgarrones de la última crisis se empezaban a recomponer, y que lo que se había resquebrajado iba recobrando poco a poco la solidez!
Cuando en el año 2000 inició su singladura la edición catalana de La Razón, tenía uno la impresión de que todo iba bien (como España, en la frase de Aznar), de que el mundo, aunque no estuviera bien hecho, iba progresando como parecía que era norma desde siglos atrás. Instalados así en esa confianza, pocos dudaban de que el futuro sería siempre mejor que el pasado. La utopía seguía siendo un sueño, pero lo que nadie imaginaba siquiera era la distopía de la que ahora todo el mundo habla.
Distopía era entonces una palabra casi desconocida, y ni figuraba en el diccionario. La Real Academia, en una decisión se diría que premonitoria, la incorporó en la edición de 2014, la última impresa en papel. Tampoco figuraba el adjetivo distópico/a, admitido recientemente este mismo año y que ha sido una de las palabras más consultadas en los últimos meses.
Y hablando de palabras y del diccionario, que son los dos un buen espejo de los usos y costumbres de una sociedad, ofrezco seguidamente una breve selección de las que la Real Academia ha ido incorporando a lo largo de estos veinte años, y que resultan ilustrativas de los cambios operados en la vida de los hablantes en lo que va de siglo.
Por ejemplo, de la edición impresa de 2002, kit, overbooking y fulltime; de la edición también impresa de 2014, tuit, tuitear, dron, euríbor, externalizar, giga, hipervínculo, mileurista, multiculturalidad, red social, wifi y botellón; de la actualización electrónica de 2018, meme, selfi, viral, viralizar y escrache; de la edición, asimismo electrónica, de 2020, covid, coronavirus, finde, desescalada, desconfinar, emoticono, wasapear, zasca y la ya citada distópico.
Pero termino ya, no vaya a ser que, ahora que de casi todo hace ya veinte años, según le gustaba decir al poeta Jaime Gil de Biedma, incurra uno en la descortesía de aguar el vino de la celebración con unas gotas de nostalgia. Antes, sin embargo, que se me olvidaba, brindaré por lo expresado arriba en el título: ¡Que sean 20 más!
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