La Generalitat desoye a los expertos y mantiene la vuelta al colegio el 11 de enero

Los catalanes volverán al colegio el próximo lunes 11 de enero tras las vacaciones de Navidad. La Generalitat no se desviará ni un ápice del plan previsto y el curso se reanudará con aparente normalidad pese al avance del virus y al aviso de 18 epidemiólogos ante la tercera ola que se avecina. Profesionales como el investigador del Hospital Germans Trias i Pujol, Oriol Mitjà, o el físico Àlex Arenas, entre otros, han recomendado al Govern retrasar la vuelta a las aulas por la situación actual, un aviso que el Ejecutivo de JxCat y ERC desoye de cara al lunes de la semana que viene.

Para sustentar su petición de aplazar la vuelta al colegio, los expertos esgrimen algunos datos que permiten radiografiar la evolución de la epidemia en Cataluña: «La situación es significativamente peor que cuando comenzó el curso escolar en septiembre», diagnostican. «En aquel momento el riesgo de rebrote era de 231 y actualmente es de 500; el número de personas hospitalizadas como consecuencia de la Covid-19 era de 755 y a fecha de hoy [5 de enero] es de 2.084. La tasa de positividad es del 9,51%, cuando se recomienda que este valor debe ser inferior al 5%; y la incidencia acumulada supera el nivel de riesgo extremo establecido por el Ministerio de Sanidad», exponen.

Además, existe el agravante de la cepainglesa: «Ha demostrado tener una infectividad un 24% superior a la variante previa del SARSCoV-2 en el grupo de población de 0-9 años y de un 14% en el grupo de 10-19 años». Por tanto, afectaría también y directamente a toda la población escolar, desde los alumnos de P3 hasta los adolescentes de Bachillerato, FP y la universidad.

Es por todas estas razones que los expertos reclaman a la Generalitat un plan específico para retrasar el inicio de curso y fomentar mientras la teleeducación y el teletrabajo. Un extremo que el Govern no tiene de momento ni en su cabeza ni en la mesa del Procicat, el organismo que gestiona la pandemia: «Las escuelas tienen que ser el último servicio público en cerrar», ha zanjado de un plumazo el presidente en funciones, Pere Aragonès (Esquerra).

En concreto, el Ejecutivo aboga por mantener la actividad docente presencial siempre que no haya «un caso extremo de confinamiento domiciliario». Es decir, que la situación epidemiológica, económica y social vuelva a ser como la de mes de marzo, al inicio de la pandemia.

«Nadie entendería que hayan espacios de ocio abiertos pero que los niños se tengan que quedar en casa», ha sostenido Pere Aragonès para explicar la decisión de no variar el inicio de curso tras las vacaciones navideñas. «El cierre de las escuelas en Cataluña provocaría unos efectos devastadores desde el punto de vista social para algunos sectores de la sociedad que también han sido los más afectados por la pandemia. Por eso es tan importante mantenerlas abiertas», ha insistido el republicano.

Auto PCR

Eso sí, la Generalitat tiene previsto un «plan B» ante la vuelta a las aulas: Ensenyament hará cribados masivos a todos los profesionales de los centros catalanes a partir del día 11 y hasta el 29 de enero. Así lo confirmó ayer Josep González-Cambray, director general de Centros Públicos, en una entrevista en Catalunya Ràdio.

La previsión es realizar test PCR –con kits de automuestra– a los 170.000 profesionales de la educación de todos los colegios e institutos catalanes repartidos de la siguiente manera: la primera semana se prevé que se hagan en un 45% de centros, la segunda en un 35% y la tercera en un 20%.

Cambray también defendió que en el pico de la segunda oleada del coronavirus hasta un 95% de los grupos burbuja han podido acudir con total normalidad a las escuelas, institutos y centros catalanes, mientras que un en un 74% de las clases que han sido confinadas no ha habido contagios. La escuela «no actúa como amplificadora» de la transmisión, resumió pese al aviso de los epidemiólogos sobre la posible afectación de la nueva cepa inglesa del virus.