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La recta final de campaña de las elecciones catalanas convierte el debate de TV3 en un “todos contra todos”
Alejandro Fernández (PP) frena en seco a Ignacio Garriga (Vox), Illa consolida su cartel de rival a batir y Esquerra y JxCat acentúan su confrontación
El sprint final de la campaña de las elecciones catalanas ha puesto de manifiesto la voluntad de cada partido por apurar todas sus opciones y arañar hasta el último voto. Las encuestas reflejan igualdad máxima por arriba -con PSC, ERC y JxCat como aspirantes por la victoria- y máxima incertidumbre sobre el resultado final del resto de partidos y, como consecuencia de ello, la dura confrontación entre candidatos ha marcado el paso del segundo debate televisivo celebrado en TV3. Cada candidato ha intentado lograr su cuota de protagonismo y ahí han conseguido sobresalir Alejandro Fernández (PP) -sobre todo en su intercambio de golpes con Ignacio Garriga (Vox)- y Jéssica Albiach (Comunes), además de Salvador Illa (PSC), erigido en rival a batir, que ha concentrado la mayoría de ataques, lo que le permite estar bajo el foco permanentemente.
Los reproches cruzados y las interrupciones se han convertido en una constante durante todo el debate, que ha dejado poco margen para las propuestas concretas y han lucido, sobre todo, las diferencias y el cuerpo a cuerpo entre candidatos. En ese terreno, Alejandro Fernández (PP) ha dado un golpe encima de la mesa y ha salido al debate con mucha iniciativa, desplegando su capacidad oratoria, estrategia que le ha permitido frenar en seco a Ignacio Garriga (Vox) -remarcando sus contradicciones-, rebatir a Illa siempre que ha podido -recordando su gestión al frente del Ministerio de Sanidad y su plan para acabar con el “procés”- y presentar los pilares de su proyecto político (bajada de impuestos, combinar economía y salud para afrontar la pandemia y defensa de la propiedad privada, lucha contra la okupación y la inseguridad).
Como en el primer debate celebrado en RTVE, Salvador Illa (PSC) ha logrado una importante cuota de protagonismo gracias a los ataques continuos del resto de formaciones, circunstancia que le ha permitido consolidar el cartel de rival a batir y favorito a la victoria. El candidato socialista se ha desenvuelto con mucha soltura y comodidad ante tanta interpelación y ha reafirmado su apuesta por una nueva etapa que concluya con el “procés” y que permita a Cataluña centrarse en cuestiones económicas y sociales -ha desgranado tanto sus propuestas sanitarias, como educativas y económicas (con el uso de los fondos europeos)-. Ha defendido el diálogo dentro de la Ley y ha insistido en la necesidad de una Cataluña unida a España y Europa y ha hecho un rechazo tajante a aceptar los votos de Vox en caso de que sean necesarios para su investidura.
Carlos Carrizosa (Ciudadanos) ha conseguido protagonismo con ataques muy distribuidos contra el resto de candidatos, desde JxCat a Vox, contra quien ha cargado duramente por su “populismo” y ha recordado el pasado de Garriga en el PP. El propio Garriga ha iniciado el debate con un tono contenido y moderado, pero con el transcurso del debate y, ante los golpes que recibía tanto del PP como de Ciudadanos, ha elevado el tono y ha vuelto a explotar la inmigración ilegal y mensajes de impacto como el cierre de TV3 y de “chiringuitos” para destinar ese dinero a otros sectores.
Jéssica Albiach (Comunes) ha logrado mucha visibilidad con respecto al anterior debate gracias a que ha mostrado mucha iniciativa durante la mayor parte del debate, que ha tenido la economía y la pandemia como temas centrales. Albiach ha recordado algunos de los logros de su partido en el Gobierno y ha explotado algunas diferencias con Illa y el PSOE, pero, sobre todo, ha puesto en el centro de sus críticas la gestión de ERC y JxCat y el balance de su legislatura.
En el bloque independentista, la hostilidad ha ido cogiendo mucho vuelo con el paso de la campaña y hoy ha habido pequeños estallidos en algunos momentos. Pere Aragonès (ERC) ha lanzado dos mensajes contundentes contra Laura Borràs (JxCat): por un lado, ha reprochado que querían la unidad y se han quedado solos; y, por otro lado, ha advertido de que la “enemiga de una Cataluña libre es la Cataluña pura”, en alusión a la radicalidad de muchos miembros de JxCat. Borràs, por su lado, ha hecho un anuncio de calado para el electorado independentista -su próximo conseller de Salud sería el doctor Josep Maria Argimon, muy popular- y ha alimentado la sospecha de un tripartito entre ERC, Comunes y PSC en varias ocasiones.
Finalmente, Àngels Chacón (PDeCat) ha remarcado con claridad su proyecto político y las diferencias con las otras tres formaciones independentistas -que ha englobado en la izquierda- y se ha erigido en el partido clave para evitar que la próxima legislatura dependa de la CUP. Dolors Sabater (CUP) ha lanzado ataques contra ERC y JxCat y ha defendido su modelo de servicios públicos, pero se ha enredado en muchas ocasiones y ha lucido poco.
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