Altercados

“Fuego al capital”: ruta por el paseo de Gràcia tras los disturbios y saqueos

Una docena de tiendas saqueadas y la mayoría de establecimientos con desperfectos, la estampa de la jornada

Varios operarios arreglan los desperfectos del paseo de Gràcia de Barcelona después de que los Mossos d'Esquadra hayan detenido esta pasada noche a un total de 38 personas en Cataluña
Varios operarios arreglan los desperfectos del paseo de Gràcia de Barcelona después de que los Mossos d'Esquadra hayan detenido esta pasada noche a un total de 38 personas en CataluñaQuique GarciaEFE

Una hilera de contenedores tirados por el suelo cortaban el sábado por la noche la calle Torrent de l’Olla, una de las que cruza de arriba a abajo el barrio de Gràcia, a apenas diez minutos caminando del centro. Una esquina antes, una señal arrancada dejaba un importante agujero en medio de la acera con el que había que tener cuidado. Una calle más allá, en Gran de Gràcia -escenario del encapsulamiento de los Mossos a un grupo de manifestantes que se ha viralizado- era necesario esquivar los cristales rotos del Telepizza y el Supercor y un par de motos seguían calcinadas frente al Hotel Casa Fuster, un “Gran Lujo” de la ciudad cerrado por la pandemia.

Barcelona se fue a dormir desierta y magullada tras la quinta noche de disturbios a raíz del encarcelamiento del rapero Pablo Hasél y se ha despertado este domingo con visibles señales de otra jornada de altercados y saqueos. El epicentro de las protestas fue de nuevo el corazón de la capital catalana, especialmente el paseo de Gràcia, bulevar de tiendas de ropa, lencería, joyerías, boutiques de lujo y restaurantes. El eje comercial de la ciudad, la “milla de oro” barcelonesa, un escaparate para turistas -cuando los había- “adornado” por emblemas como la Casa Batlló o la Pedrera, ambos de Gaudí.

Hoy, varios mensajes se repiten en las pintadas: “Fuego al capital”, “ACAB” y “1312″. O, lo que es lo mismo, estas últimas las siglas de “All cops are bastards” (Todos los policías son bastardos) y su nomenclatura en el abecedario. El paseo de Gràcia se ha convertido este domingo en escenario de la postbatalla: decenas de trabajadores y operarios trataban de arreglar los desperfectos de más de 60 establecimientos con cristales rotos y pintadas en las fachadas.

Por ejemplo, en Versace han colocado grandes paneles de madera para blindar los escaparates, igual que en Michael Kors. Nadie se la quiere jugar ante la posibilidad de que se repliquen las concentraciones y los disturbios posteriores. En Carolina Herrera aún se puede ver la puerta de cristal completamente rota, mientras que en La Perla, uno de los comercios de lencería más exclusivos de la ciudad, una pintada asoma en el escaparate: “Deja de comprar ropa” “Saqueo”.

Y es que la noche del sábado al domingo las protestas y disturbios acabaron derivando en varios saqueos continuados y “actos de pillaje” en una docena de comercios de la avenida, entre ellos la tienda Nike, Diesel, Tommy Hilfinger, la citada Versace o la misma Perla. “Se llevaron hasta los maniquíes, todo”, relataba hoy una transeúnte mientras fotografiaba el establecimiento de la marca deportiva. A través de su cristalera rota se podían ver perfectamente los destrozos en el interior, con ropa, cristales y adoquines por el suelo.

El responsable de otra boutique hacía inventario para cuantificar las pérdidas tras quitar de la vista los bolsos de lujo que quedaban. Y justo al lado, una puerta de la entrada principal de la Bolsa de Barcelona sigue quemada tras la hoguera que sofocaron con rapidez los Mossos.

Durante la mañana, la patronal Foment del Treball y la mayoría de asociaciones empresariales de Cataluña han dicho “basta” a los altercados de los últimos días y han pedido al Govern y al Ayuntamiento de Barcelona que abandonen su actitud “irresponsable”, condenen la violencia y expliciten su apoyo a los cuerpos de seguridad.

Y desde la Associació Passeig de Gràcia, Lluís Sans, ha pedido que los Mossos d’Esquadra tengan “más protección” y más instrumentos, ha cifrado en 750.000 euros el coste y ha lanzado un aviso: “Aparte de los daños económicos, hemos sufrido un daño en la imagen de Barcelona como ciudad acogedora y pacífica”.

No sólo la conocida avenida barcelonesa ha sido el escenario de los altercados, disturbios y saqueos de estos días: el viernes, un grupo radical asaltó un conocido Decathlon ubicado a escasos metros de plaza de Catalunya. El centro, una suerte de ratonera conformado por pequeñas callejuelas entre el Gótico y el Raval, también ha sido escaparate de barricadas y disturbios, con múltiples oficinas bancarias reventadas a lo largo de la semana.