Institut Sobiranies: el punto de encuentro entre ERC, CUP y Podemos para un Govern de izquierdas

Cataluña ha dado inicio a una nueva legislatura tras la constitución del Parlament, pero todavía queda por delante el reto de formar Govern, que se antoja complicado y con múltiples actores. A los protagonistas (Esquerra, JxCat y la CUP) se pueden unir como actores secundarios Comunes y PSC, mientras que entre bambalinas y con influencia sobre los derroteros políticos aparecen entidades como la ANC o el Institut Sobiranies, un “think tank” creado en junio de 2020 con el objetivo de reflexionar sobre políticas públicas de izquierdas y estrechar posturas en el espacio soberanista que forman Esquerra, Comunes y CUP.

El Institut Sobiranies ha ido ganando protagonismo en las últimas semanas a raíz de los resultados arrojados por las elecciones catalanas del 14 de febrero. El nuevo Parlament cuenta con 93 de 135 diputados de partidos de izquierda y el “think tank” empuja para tratar de dar con alguna fórmula de gobierno que refleje esa clara mayoría y se traduzca en medidas durante la legislatura. En este sentido, han mostrado su preferencia por un gobierno de Esquerra, CUP y Comunes (50 escaños) -sin determinar tampoco bajo qué modelo-, aunque esta alianza se quedaría a 18 parlamentarios de la mayoría absoluta.

Y, en este marco y dentro de las periódicas publicaciones que van haciendo sobre asuntos del ámbito político, económico y social, firmaron poco después del 14-F un documento con hasta 15 medidas socioeconómicas a desplegar durante el primer año de legislatura. Estas políticas van desde un plan contra el cambio climático a un pacto por la economía social y un nuevo modelo productivo pasando por el refuerzo de la sanidad y educación pública (universalización del 0 a 3 años y medidas contra la segregación y abandono escolar) y una reforma fiscal.

Consultado por este diario, el politólogo y miembro del Consejo de Redacción Ricard Vilaregut explica que estas medidas son “próximas” a Esquerra, CUP y Comunes. Ya han mantenido contactos tanto privados como públicos para trasladárselas. En este sentido, cabe remarcar que el “think tank”, aunque está compuesto por entre 35 y 40 miembros vinculados a la universidad y expertos en diferentes materias, tiene algunos componentes con relación -más o menos estrecha- con alguna de las tres formaciones, entre los que destacan Anna Gabriel y Quim Arrufat (CUP);Xavier Domènech y Gemma Ubasart (Podemos y su marca catalana Catalunya en Comú Podem); o, Joan Tardà (ERC). El propio Domènech asistió a la reciente conferencia de Pere Aragonès en la que desgranó su plan de legislatura.

Vilaregut asegura que son 15 propuestas “de fondo” que tienen como objetivo dar respuestas de izquierda a la actual situación socioeconómica que atraviesa Cataluña. “La derecha se ha quedado sin programa económico por la crisis económica y la pandemia. El programa liberal clásico ha desaparecido”, asegura. La próxima legislatura, según apunta Vilaregut, debe estar marcada por el eje social ya que considera que Cataluña “necesita un tiempo de calma” y “hacer políticas públicas con perspectiva a 10 años”. “Somos un actor más que lo pueda facilitar”, resume.

Y, ¿qué papel puede jugar el Institut Sobiranies ahora en la política catalana? De momento, ya ha marcado su posicionamiento evidenciando su preferencia por una alianza de izquierdas y señala que forman un “espacio concreto” que pretende aglutinar “tres grandes tradiciones”: el PSUC, la izquierda republicana y la izquierda independentista. Vilaregut evita definir a JxCat en el eje izquierda-derecha, aunque será un actor determinante en la próxima legislatura ya que Esquerra parece lejos de desvincularse y todo apunta a que volverán a gobernar juntos. El partido de Carles Puigdemont, en su voluntad de proyectar transversalidad ideológica, se está viendo lastrado en el actual contexto y puede sufrir durante esta legislatura de marcado carácter socioeconómico -por ejemplo, en fiscalidad, JxCat está teniendo claros problemas para definirse-.

La diversidad de voces sobre cómo actuar y qué relación mantener con el Estado impiden fijar una posición común. De ahí que el documento de 15 medidas pase prácticamente por alto el “procés”.