Cataluña

Joana Ortega renuncia a presidir el PDeCat

La exvicepresidenta de la Generalitat continuará ligada al proyecto político

La número 2 del PDeCAT por Barcelona para el 14F, Joana Ortega.
La número 2 del PDeCAT por Barcelona para el 14F, Joana Ortega.PDECATPDECAT

El PDeCat tiene previsto celebrar un Congreso a mediados de mayo para abrir una nueva etapa tras quedarse sin representación parlamentaria en Cataluña. Todo apuntaba a que el nuevo liderazgo quedaría en manos del tándem formado por Joana Ortega (como presidenta) y Marc Solsona (como secretario general), pero Ortega ha renunciado hoy a asumir ninguna responsabilidad en la formación. Eso sí, ha afirmado que continuará ligada al proyecto político después de haber concurrido a las elecciones como número dos de la lista por Barcelona (detrás de la candidata Àngels Chacón).

El partido heredero de Convergència tiene ahora que muscularse para afrontar el siguiente ciclo electoral, previsto para 2023 con la doble cita de las municipales y las generales (si no se adelantan). Y, en este marco, necesita renovar liderazgos tras el desgaste del actual presidente, David Bonvehí, y del paso al lado de Artur Mas, que ha rechazado estar en primera línea. También Chacón, exconsellera de Empresa y candidata el 14-F, se había erigido en la sucesora natural a Bonvehí, pero ha descartado

Lo cierto es que el partido tiene base territorial ya que ha conservado en torno a 170 alcaldes, que se han quedado en la formación y han desechado pasarse al nuevo partido de Carles Puigdemont (JxCat). Además, el PDeCat tiene representación en el Congreso, donde tiene cuatro diputados y se puede erigir en una plataforma de proyección para un partido que en las pasadas elecciones catalanas se quedó a 1.500 votos de lograr un escaño por Lleida y entrar en el Parlament.

El partido, en el cómputo global, cosechó 77.000 votos y un 2,72% de los sufragios totales. Chacón hizo una buena campaña y pudo colocar bien el mensaje -contraponiendo su formación a la CUP- y marcar perfil político propio (centroderecha, alejado de la indefinición de JxCat), aunque salió muy perjudicado por el “voto útil” que representaba Puigdemont.

Y es que la ruptura con JxCat perjudicó tanto al PDeCat como a Puigdemont porque ninguna de las dos formaciones logró los resultados esperados y, ahora, de cara a las elecciones municipales y tras la renovación de los liderazgos en el Congreso, se abrirá la carpeta de la elaboración de alianzas entre ambas formaciones para evitar que la fragmentación pueda beneficiar a Esquerra como el 14-F.

En este punto, Mas se ha ofrecido de manera pública para tratar de recoser el antiguo espacio convergente, aunque cada vez se hace más complicado ya que en JxCat también empiezan a resonar tambores de guerra. Dos facciones sobresalen por encima del resto (la que encabeza Puigdemont y la que encabeza Laura Borràs) y han agudizado sus tensiones después de la derrota de las pasadas elecciones.

En este marco, figuras destacadas de la antigua Convergència que dieron el salto a JxCat (aunque hicieron esfuerzos hasta el final por unir a ambos partidos), como Jordi Turull, Josep Rull o Joaquim Forn, han quedado también han ido perdiendo mucho peso en el nuevo partido de Puigdemont.