Cataluña

Esquerra exige que el Gobierno concrete más los indultos

La posición de los republicanos contrasta con la voluntad del Gobierno por reactivar el diálogo de inmediato con la Generalitat

El president de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, durante una rueda de prensa en los jardines del Palau Robert.
El president de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, durante una rueda de prensa en los jardines del Palau Robert.David ZorrakinoEuropa Press

Con la investidura de Pere Aragonès prevista para finales de esta semana –probablemente será el viernes–, Cataluña tendrá un nuevo Govern a pleno rendimiento para la semana que viene tras casi siete meses en funciones –desde el pasado 28 de septiembre, cuando fue inhabilitado Quim Torra–. Y, a partir de ahí, el nuevo ejecutivo tendrá por delante distintas carpetas que encarar, que van desde el ámbito socioecónomico en plena pandemia al «procés», con la mesa de diálogo como principal tarea pendiente.

Así, en el ámbito económico tendrá la urgencia de aprobar unos presupuestos para 2021, muy importante para reordenar prioridades de gasto público ya que Cataluña arrastra los de 2020 elaborados justo antes de la pandemia. Y, también tendrá que elaborar un plan para recibir los fondos europeos, algo de lo que el líder del PSC, Salvador Illa, ha mostrado en reiteradas ocasiones su preocupación porque detecta ahí un «déficit de trabajo» o desde la plantilla de Seat también se ha mostrado inquietud por la falta de estabilidad en el Govern, algo que puede perjudicar a la compañía en su interés por conseguir una fábrica de baterías cerca de Martorell (Barcelona).

En cualquier caso, esos retos socioeconómicos, en los que Aragonès y Esquerra se pueden sentir más cómodos porque es gestión, tampoco tienen visos de poder eclipsar el «procés». Esta carpeta, pese a que ha perdido fuelle en los últimos meses a raíz del estallido de la pandemia, sigue teniendo mucho peso en la política catalana como ha quedado constatado en las negociaciones entre los republicanos y JxCat para el acuerdo de investidura, y ahora va a seguir ostentando protagonismo con el nuevo Govern. En este sentido, el partido de Oriol Junqueras y de Carles Puigdemont se han dado dos años de plazo para explorar la vía del diálogo con el Gobierno a través de la mesa creada ya hace más de un año.

Hasta el momento, este foro de negociación no ha dado resultados ya que el clima electoral prolongado en Cataluña y la pandemia lo han impedido. Si bien, una vez formado el nuevo Govern es una incógnita saber cuándo se puede reactivar porque mientras el Gobierno ya ha defendido públicamente su plena voluntad de retomar el diálogo –Miquel Iceta aseguró el lunes que «cuanto antes»–, en Esquerra dan largas. «Ya se irá viendo», resumen en la sala de máquinas de los republicanos, que, pese a que públicamente no los pidan, en privado sí muestran su malestar con la tramitación de los indultos.

En el partido de Junqueras ha ido creciendo el malestar por las «excusas» y «retrasos» que ha ido poniendo el Estado y el Gobierno (por ejemplo, la abogacía del Estado ha solicitado determinadas cuestiones que se podrían considerar prescindibles). De hecho, en junio se cumplirá un año desde el inicio del trámite de los indultos y todavía hay mucha inconcreción sobre su desenlace pese a que en círculos socialistas se dan por hecho, aunque también creen que la actitud de los líderes independentistas podría ser mucho más propicia (por ejemplo, optar por la aceptación del indulto en lugar de renunciar a defender su posición sobre la medida de gracia ante el Tribunal Supremo).

También es una incógnita aún cómo va a ser el nuevo Govern. A priori será de coalición entre Esquerra y JxCat, aunque los posconvergentes han sometido a votación el acuerdo de gobierno. Si sale rechazado, permitirán la investidura de Aragonès, pero se irán a la oposición. Todo apunta a que los afiliados avalarán el acuerdo ya que se han encargado de hacer campaña a favor del «sí» los principales referentes del partido –Joan Canadell y diferentes consellers–, aunque también es cierto que hay otras figuras importantes que se han posicionado en contra, como Quim Torra o la exconsellera Clara Ponsatí.

Tomando algunas votaciones como precedente, se puede dibujar también el perfil del afiliado de JxCat y, hasta ahora, se ha mostrado manfiestamente partidario de figuras más beligerantes y controvertidas con la independencia. En este sentido, cabe destacar la elección de Laura Borràs como candidata de JxCat a la Generalitat frente a Damià Calvet –del sector más convergente– o de Joan Canadell como número dos en las listas electorales para el 14 de febrero, algo que puede abrir la puerta a una sorpresa de última hora. En todo caso, hay mucho en juego –casi 200 cargos institucionales– y se saldrá de dudas a partir de las 13 horas, que es cuando concluye la votación telemática (6.518 votantes). En paralelo, Borràs, como presidenta del Parlament, terminará la ronda de consultas y propondrá a Aragonès como candidato a la investidura.