Cataluña
Aragonès pide una ley para celebrar un referéndum en Cataluña
El president trata de zanjar las diferencias con JxCat tras el choque por la mesa
El independentismo siempre ha mostrado mucho interés por la proyección internacional para tratar de ganar cómplices a su causa. Por este motivo, también se ha volcado desde siempre por intentar aparecer en medios de comunicación de referencia en el mundo (de hecho, Sandrine Morel, corresponsal de «Le Monde», llegó a denunciar el pago de la Generalitat por ello) y «The New York Times» siempre ha sido uno de los más codiciados. Por ello, Pere Aragonès ha concedido una entrevista en las últimas horas al diario norteamericano tras el reinicio de la mesa de diálogo con el Gobierno y ha desvelado cuáles son sus cartas para tratar de materializar su exigencia de la autodeterminación. Según ha propuesto, su planteamiento pasa por un acuerdo para aprobar una Ley estatal para celebrar un referéndum en Cataluña.
Es decir, apuesta por «explorar la posibilidad de crear una legislación en España que legalice esa votación», según «The New York Times». «Lo importante es que haya voluntad política para llegar a un acuerdo», expone Aragonès, que es descrito por el medio norteamericano como un «político independentista moderado» que «asumió el cargo este año prometiendo un diálogo» y «se ha enfrentado al escepticismo de los partidos catalanes de línea dura», en referencia a JxCat y la CUP.
Mientras Aragonès sigue dando ruedo a sus planes de diálogo y negociación con el Gobierno, las críticas de sus socios de Govern (JxCat) arrecian con fuerza en las últimas horas. Y eso que el president se ha reunido este jueves con el vicepresident y hombre fuerte de los posconvergentes en el Govern, Jordi Puigneró, para limar diferencias y calmar los ánimos. Pere Aragonès le ha pedido «lealtad» para que no se reproduzcan episodios de ruptura como el del martes, donde JxCat trató de colocar a miembros ajenos al Govern en la mesa de diálogo (dos de ellos expresos, como Jordi Sánchez y Jordi Turull) y el president lo rechazó.
Si bien, el partido de Carles Puigdemont ha querido hacer una valoración muy crítica de la mesa, que ha bautizado directamente de foro «entre partidos» que ya pactan «en Madrid». Las recriminaciones fueron verbalizadas con dureza por dos pesos pesados de JxCat, Elsa Artadi y el propio Turull. «Vamos peor que los cangrejos», ha clamado la vicepresidenta posconvergente Artadi, quien se ha mostrado muy tajante con el foro y lo ha comparado con la primera reunión del Ejecutivo de Torra en la Moncloa. «No ha habido ni comunicado conjunto, ni metodología ni representación mayoritaria del independentismo». Y es que Artadi ha afeado que este 15 de septiembre se pactara una negociación sin fechas y bajo secretismo en la cumbre entre Sánchez y Aragonès.
«El resultado fue muy pobre», ha sentenciado en una entrevista en «Ràdio 4». Una clara enmienda a la estrategia negociadora y pactista de los republicanos. La propia Artadi ha confesado que «el elemento central de ERC» (por la mesa de diálogo) queda «muy tocado». «Hay que hacer una reflexión», ha exigido tras asegurar que Aragonès fue en representación de ERC y no del Govern pese a ser el president. El propio Turull ha defendido en otra entrevista en TV3 la alineación posconvergente y confirmó el plante ante el «no» del president: de momento, los posconvergentes no cambiarán ni un nombre.
La intención de Aragonès pasa ahora por que la mesa de diálogo avance sin horizontes temporales (para evitar quedar atado a plazos, uno de los lastres del separatismo en el «procés») y bajo secretismo para aislarse del ruido externo.
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