Opinión

Dante y el Infierno

El Instituto Nacional de Ossolinski en Wroclaw, Polonia, resenta la edición ilustrada más antigua de 'La Divina Comedia'
El Instituto Nacional de Ossolinski en Wroclaw, Polonia, resenta la edición ilustrada más antigua de 'La Divina Comedia'Maciej KulczynskiEFE

Se cumplen ahora los 700 años de la muerte de Dante Alighieri (Florencia, 1265-Rávena, 1321), autor de LaDivina Comedia, una de las obras más leídas y comentadas de la literatura universal.

Escrita en tercetos, estrofa de tres versos, consta de tres partes, cada una de las cuales está compuesta de 33 cantos. En la primera, Dante recorre los nueve círculos concéntricos del Infierno guiado por Virgilio, que le va mostrando los horrores que allí sufren los condenados, personajes mitológicos o bien contemporáneos del mismo poeta. En la segunda parte, también guiado por Virgilio, recorre las nueve gradas concéntricas del Purgatorio. Y en la tercera, guiado por su amada Beatriz, recorre las nueve esferas celestiales del Paraíso.

De las tres partes, la más conocida es el Infierno, que, tal como lo concebía la mentalidad medieval, es un profundo abismo en forma de embudo o cono invertido, situado en las entrañas de la Tierra, y cuyo vértice coincide con el centro del planeta. La boca del infierno se encuentra en una “selva oscura” y, en la entrada, situada cerca de Jerusalén, un letrero escrito en caracteres negros advierte: “¡Oh, vosotros, los que entráis, abandonad toda esperanza!”. Tras la puerta de entrada, en la gran llanura del vestíbulo que rodea al abismo, están los indiferentes, esto es, los que en vida no tomaron partido ni por el bien ni por el mal. A continuación, y tras haber atravesado un río subterráneo, el Aqueronte, se encuentran los nueve círculos, que se van haciendo más estrechos cuanto más profundos. En cada uno de esos círculos penan los condenados, según haya sido la gravedad de su pecado: los lujuriosos, los glotones, los avaros y derrochadores, los iracundos, los traidores... El círculo noveno, el de mayor suplicio, es un lago helado, y en él aparece Lucifer, que tiene la cara de tres colores: amarillo (la impotencia), negro (la ignorancia) y rojo (el odio).