Cataluña

PSC y Comunes, dispuestos a auxiliar a la Generalitat con los presupuestos

Los socialistas avisan de que su voto es “incompatible” con la CUP y los morados exigen una negociación para permitir la tramitación de las cuentas

La portavoz del grupo parlamentario de Socialistes i Units per Avançar, Alícia Romero.
La portavoz del grupo parlamentario de Socialistes i Units per Avançar, Alícia Romero.Andreu DalmauEFE

Después del rechazo de las bases de la CUP a los presupuestos de la Generalitat, el Govern tiene que decidir si sigue negociando con los anticapitalistas o explorar alternativas. En este sentido, tanto PSC como Comunes se han ofrecido ya para auxiliar al Govern, aunque han puesto condiciones. Los socialistas han avisado que su voto es “incompatible” con el de la CUP -es decir, no permitirá negociar al Govern con los anticapitalistas si está con ellos- mientras los morados exigen una negociación con el Govern como condición para aprobarlos.

Ambas formaciones no han mantenido ningún contacto con el Govern (están a la espera de alguna llamada). Alícia Romero (PSC) ha sido muy contundente y ha advertido de que su partido es “incompatible” con la CUP porque no accederán al “mercadeo” en el que está inmerso. El PSC ve intolerable que el Govern ceda ante sus peticiones y “venda” a Cataluña, renunciando a proyectos como el Hard Rock y poniendo en cuestión, según ella, a los Mossos d’Esquadra.

“Nos lo estamos mirando bien para ver qué decisión tomamos. No dependerá de lo que decidan unos u otros, sino viendo cómo avanzan los próximos acontecimientos”, ha sostenido Romero, que ha añadido que están analizando el proyecto de presupuestos que hace una semana presentó el Govern. De momento, los socialistas evitan desvelar si presentarán una enmienda a la totalidad.

Jéssica Albiach (Comunes) ha criticado que los presupuestos son “continuistas” y “no son transformadores” y ha recriminado algunas de las partidas: por ejemplo, que se destine el triple de dinero al macroproyecto de ocio Hard Rock de Salou que a la industria (50 millones); más dinero a carreteras que a trenes; que no haya plan para salud mental para que se pueda acudir al psicólogo de forma más fácil; que no se haya incluido la salud bucodental; o, que solo se haya dedicado 500.000 euros a la energética pública y cuatro millones a la Renta Básica Universal (cuando Barcelona destina 17 millones).