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Terrorismo

Homenaje a Juan Miguel Gervilla, el guardia urbano que mató ETA

El agente fue recordado ayer en Barcelona en el lugar en que fue asesinado por dos terroristas

Homenaje a Juan Miguel Gervilla a los 21 años de su asesinato en manos de ETA Adrian Quiroga / shooting

El 20 de diciembre de 2000, hacia las ocho de la mañana, un coche, en plena hora punta matinal, se había parado en la confluencia entre la avenida Diagonal y la calle Numància. Los ocupantes del vehículo, José Ignacio Krutxaga y Fernando García Jordá, trataron de empujarlo en mitad del caos. Un guardia urbano se fijó en la escena e intentó ayudarlos. Se llamaba Juan Miguel Gervilla, tenía 38 años y al aproximarse fue asesinado de dos disparos en la cabeza. Se había encontrado con un comando de ETA, el mismo que se dirigía en aquel momento al domicilio del periodista Luis del Olmo para asesinarlo. El coche tenía en su interior 13 kilos de explosivos.

Ayer, 21 años después de aquel atentado, el mismo lugar de los hechos sirvió para recordar a Juan Miguel Gervilla. Representantes de las fuerzas del orden, así como algunos partidos políticos participaron en un sencillo homenaje con el que se buscó reivindicar la memoria del guardia urbano y lo vil que fue el asesinato del Comando Barcelona.

Una ofrenda floral sirvió como punto de partida de este tributo a la memoria de Gervilla que se inició con la intervención del presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT), José Vargas, quien criticó la ausencia en el acto de representantes de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. Le siguió el portavoz del sindicato CSIF en la Guardia Urbana de Barcelona, Eugenio Zambrano, quien apuntó que «con su muerte él evitó muchas muertes».

Especialmente emocionante fue la intervención de Luis de Olmo quien empezó su parlamento asegurando que «pese a no encontrarme bien físicamente, merecía la pena estar aquí». El veterano periodista declaró que «gracias a Gervilla estoy vivo, puedo estar con mis hijos y mis nietos. Haría cualquier cosa para poder devolverle la vida». Del Olmo recordó las amenazas que sufrió por parte de la organización terrorista ETA y como un terrorista aseguró que «nos hace daño cuando habla de nosotros». El presentador y director del mítico espacio radiofónico «Protagonistas» explicó que «esa mañana ha sido el momento más infeliz vivido. Él era una buena persona que cumplía con su deber. Los años que me quedan de vida agradeceré siempre ese gesto, como también lo harán mis hijos y mis nietos. Es mi cariño hacia quien estaba haciendo su trabajo».

El acto lo cerró quien fuera presidente del grupo municipal del PPC en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz. En su intervención definió a Juan Miguel Gervilla como «un guardia urbano que prestaba su servicio, algo que era so forma de vivir y de servir. Fue a ayudar a quienes vio que tenían un problema mecánico. Lo hizo porque ayudar forma parte del ADN de la Guardia Urbana». Alberto Fernández recordó que unos días antes ya había sido asesinado por el mismo grupo terrorista el ex ministro Ernest Lluch, además del concejal del Partido Popular en la localidad de Viladecaballs. Francisco Cano, así como miembros de las fuerzas públicas o niños, como pasó en la casa cuartel de Vic. «Tenemos que recordarlos y también la historia para que no se olvide y no se manipule. No puede ser que quienes fueron hacedores de dolor, hoy sean vistos como hacedores de paz».

Alberto Fernández fue también un objetivo de ETA y en Barcelona y durante 23 años tuvo que vivir con escolta, «algo que me permitió comprobar la grandeza de estos agentes que permitieron que yo tuviera vida arriesgando su propia vida».

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