Más inmersión lingüística
La Generalitat incorpora “impulsores del catalán” en las aulas
Estarán en 200 centros educativos para fomentar el uso social del idioma
La conselleria de Educación ha incorporado los llamados “grupos impulsores del catalán” a 200 centros educativos para incrementar su uso social.
En un tuit, el departamento ha explicado que el conseller, Josep Gonzàlez-Cambray, así lo ha trasladado a las direcciones de los centros este jueves, en una reunión telemática.
La medida forma parte del plan de promoción del uso del catalán que presentó el Govern el pasado noviembre, que también contendrá formaciones a todo el profesorado, recogida de información sobre la situación lingüística de las escuelas y un refuerzo de la formación en catalán de los futuros docentes.
En concreto, empezando por esos 200 primeros centros este mes de enero, los grupos impulsores se extenderán de forma gradual por los centros públicos y concertados catalanes, a razón de 1.000 más cada año durante un cuatrienio, según se explicó entonces.
Gonzàlez-Cambray defendió recientemente la codocencia como un modelo educativo “más avanzado” tras el anuncio de destinar un profesor más en aquellas aulas en las que se aplique el 25% de educación en castellano tras una sentencia judicial.
Al ser preguntado en rueda de prensa por la función que tendrá este segundo docente, Cambray dijo que los centros que hayan recibido órdenes judiciales deberán decidir en función del “proyecto metodológico” cómo se desarrollan las clases en los grupos afectados, pero no ha concretado el rol que desarrollará el segundo profesor.
Sobre el calendario de la nueva norma, el conseller explicó que los 35 docentes de refuerzo se incorporarían tras las vacaciones de Navidad ante el “ataque inadmisible” al sistema educativo catalán.
Según el conseller, si hay dos profesores en el aula se podrá adaptar mejor el contenido de las lecciones y dar un mejor servicio a los alumnos, al mismo tiempo que se “minimiza el impacto” de la sentencia.
La Generalitat anunció la medida, así como que ordenó al cuerpo de inspectores educativos que intensifique la supervisión del cumplimiento de los proyectos lingüísticos de los centros.
El conseller también explicó que la medida no obliga a que un profesor imparta clases en castellano para los alumnos que lo han pedido y el otro lo haga en catalán: “Las aulas catalanas nunca separarán a los alumnos por ningún motivo. Nunca los separaremos en función de lengua, de género o de raza”.
En diciembre garantizó que las escuelas no identificarán a ningún alumno y advirtió que, en el caso de Canet de Mar (Barcelona), el centro deberá cumplir con las cautelares que obligan a impartir 6,5 horas en castellano, como asegura que se ha hecho con las 40 órdenes judiciales recibidas desde 2015.
De momento, dijo, a Educación no le consta un aumento de peticiones de familias que quieran más docencia en castellano: “Estoy convencido de que la inmensa mayoría de las familias tienen claro que en las escuelas catalanas no hay un conflicto de lengua. Se lo inventan partidos políticos que viven de este conflicto”.
Tras anunciar inspecciones sobre el cumplimiento de la inmersión, el conseller aseguró que “no se hacían” y que la comunidad educativa les ha transmitido que el catalán no se utiliza lo suficiente en el entorno escolar.
Los inspectores irán a los centros y recogerán información sobre el uso del catalán, para lo que el departamento impulsará también un estudio en colaboración con la Universidad de Barcelona (UB): “No planteamos un plan de impulso del catalán para fiscalizar con una visión punitiva”.
Además, los docentes recibirán formación sobre “cómo acompañar al alumno” para no cambiar de lengua y expresarse en catalán, y en cada escuela habrá un grupo impulsor en este ámbito.
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