Salud

El ruido del tráfico en el entorno escolar ralentiza el desarrollo cognitivo de los niños

Un estudio desarrollado por investigadores de ISGlobal sugiere que, en el aula, las fluctuaciones de ruido podría ser más perjudiciales para la memoria de trabajo y la capacidad de atención de los alumnos que el nivel medio de ese ruido

El estudio sugiere la necesidad de desarrollar políticas relativas al ruido del tráfico en las escuelas que tengan en cuenta las características de este ruido más que la media de decibelios
El estudio sugiere la necesidad de desarrollar políticas relativas al ruido del tráfico en las escuelas que tengan en cuenta las características de este ruido más que la media de decibeliosAyuntamiento de Barcelona

Se ha estudiado mucho acerca de los efectos de la contaminación atmosférica en la salud de las personas, siendo ya ésta un problema de salud pública reconocido, sin embargo, en lo que se refiere a la contaminación por ruido, no se conoce tanto ni hay tanta concienciación al respecto, probablemente porque, pese a que ya se ha confirmado que ésta tiene efectos en la salud, sobre todo en adultos, no hay tanta evidencia al respecto.

Sin embargo, hay muchas personas expuestas al ruido, igual que a la contaminación atmosférica. En este contexto, y tras quedar confirmado que, tal y como ya está especificado en las guías de la Organización Mundial de la Salud del 2018, el ruido de los aviones puede afectar al rendimiento cognitivo de los niños que acuden a escuelas cercanas a aeropuertos, investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, pusieron en marcha un estudio con el objetivo de determinar de qué manera afecta el ruido del tráfico, que es el más común, a la cognición en los niños.

Para ello, durante un año, de 2012 a 2013, se realizaron mediciones repetidas del desarrollo cognitivo de 2680 niños de entre siete y diez años de 38 centros escolares de Barcelona cuatro veces. “Se hicieron mediciones de dos funciones cognitivas específicas, que son importantes para el aprendizaje de los niños y el rendimiento académico, como son la memoria de trabajo, que permite retener información durante un periodo corto de tiempo en la memoria y después manipularla para usarla de nuevo, y la capacidad de atención”, explica la Maria Foratser, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio, quien al respecto comenta que “elegimos la franja de edad de los siete a los diez años porque es cuando hay una evolución rápida de la memoria de trabajo y la atención y así podemos observar cambios en la progresión del desarrollo cognitivo durante este año de estudio”.

En cuanto a la medición del ruido, ésta se hizo en tres ubicaciones diferentes: en la calle, en el patio de la escuela y en el aula, lo cual es una novedad, ya que lo habitual es recurrir únicamente a la exposición fuera del centro escolar. “Nosotros nos acercamos más a la exposición del niño”, señala Foraster para a continuación indicar que “además, normalmente solo se mira el nivel medio de decibelios, que es lo que sale en la evidencia anterior, pero, en este estudio, nosotros usamos otro indicador que es la fluctuación en el ruido del tráfico, es decir, si hay picos y cómo de frecuentes son estos picos, y es que nuestra hipótesis es que éstos también pueden ser disruptivos”.

Y los resultados de este trabajo, publicados en la revista PloS Medicine, confirman que, tal y como comenta la investigadora, “los niños de escuelas con más ruido, tanto en lo que se refiere al nivel medio como a la fluctuación, tienen un desarrollo cognitivo más lento en las funciones estudiadas que aquellos niños de escuelas con menos ruido”. Concretamente, “en el exterior comprobamos de manera consistente que todas las diferentes exposiciones de ruido se relacionan con todas las funciones cognitivas, mientras que dentro del aula, un ruido con muchas fluctuaciones podría ser más perjudicial que el nivel medio del ruido”.

A modo de ejemplo, señalar que, según los datos que arroja este estudio, un incremento de 5dB en los niveles de ruido exterior se traduce en un desarrollo de la memoria de trabajo un 11,4% más lento que la media, porcentaje que en lo que se refiere a la capacidad de atención se sitúa en un 4,8%.

Estos resultados nos indican que “las políticas que seguimos para controlar el ruido deberían considerar también los ruidos que fluctúan mucho, ya que éstas se basan en el nivel medio, que es el indicador que siempre se usa, pero no hay indicaciones acerca de qué hacer con ruidos que fluctúan mucho”, comenta Forester, quien además apunta que, “teniendo en cuenta que el tráfico es el factor común del ruido que hemos estudiado y de la contaminación atmosférica, que ya se ha evidenciado que puede afectar al desarrollo cognitivo, los resultados del estudio sugieren que deberíamos trabajar en la reducción del tráfico cerca de las escuelas para proteger a los niños”.

En cualquier caso, lo que está claro es que “hay muchas personas expuestas al ruido y éste tiene diferentes efectos en la salud y si a eso le sumamos las nuevas evidencias que hemos puesto de manifiesto en niños, podemos decidir que el ruido es un problema destacado y es importante considerarlo, así como también consideramos la contaminación atmosférica”, concluye la investigadora.