Fractura
Puigdemont admite la profunda división del independentismo
La suspensión de Borràs como presidenta del Parlament es el nuevo motivo de disputa entre Junts y ERC y la CUP
El Consell per la República (CxRep) ha criticado este martes la suspensión de Laura Borràs como presidenta del Parlament por parte de la Mesa, con los votos de PSC-Units, ERC y la CUP, y cree que evidencia “de nuevo la división profunda de los partidos políticos independentistas en el frente estratégico y antirepresivo”.
En los últimos meses, e incluso años (de hecho la factura viene desde siempre) las diferentes fuerzas separatistas han encontrado numerosos motivos para enfrentarse, Aparte del más actual, la suspensión de Borràs, han habido tuits polémicos, el referéndum ilegal y muchos otros ejemplos.
Quizás lo que más llama la atención de la opinión pública es que Junts se parezca más ahora a la CUP; que ERC, pese a su supuesta condición de partido de derechas”. La formación de Puigdemont no ha abandonado la vía unilateral para proclamar la independencia, a diferencia de los republicanos.
En una declaración, Puigdemont ha avisado de que aplicar a Borràs el artículo 25.4 del reglamento del Parlament, que prevé la suspensión inmediata de los diputados cuando se abra juicio oral, tiene “consecuencias graves porque no podrá votar y, en consecuencia, no podrá representar a sus electores”.
“Es un error grave y un nuevo paso atrás en la defensa de los derechos fundamentales de los representantes independentistas, que debilita el proyecto compartido”, ha destacado la entidad que preside Carles Puigdemont,
Para el CxRep, el artículo 25.4 del reglamento del Parlament “favorece de facto la efectividad del ‘lawfare’ o guerra jurídica”, y considera que ello es la principal estrategia del Estado para combatir el movimiento independentista y el ejercicio del derecho a la autodeterminación.
Es más, considera que este artículo es “incompatible con la democracia y los derechos fundamentales, ya que se basa en el abuso del derecho positivo y de los procedimientos para conseguir finalidades políticas ilegítimas, por lo que es el contrario de la búsqueda de la justicia”.
Para muestra de la división, están las palabras del pasado jueves de la propia Borràs. Laura Borràs se marcha matando. Si el miércoles ya retó a ERC y la CUP a “ensuciarse las manos” para apearla del cargo, la ex presidenta del cámara compareció en el Parlament tras conocerse su suspensión y propinó duras críticas a republicanos y antisistema, para los que no escatimó reproches.
La posconvergente arrancó su discurso señalando directamente a los “cinco diputados” de la Mesa -dos de ERC, dos del PSC y uno de la CUP- que aplicaron atomáticamente el artículo 25.4 del reglamento para dejarla sin funciones. “Tienen nombres y apellidos”, avisó como antesala de un dardo directo hacia ellos: “Han venido al Parlament vestidos de jueces hipócritas”. “Han aplicado el reglamento del enemigo”, zanjó refiriéndose a la normativa interna de la cámara y omitiendo que el artículo en cuestión fue propuesto por la CUP en 2017 y apoyado por Junts pel Sí, la entonces coalición entre republicanos y posconvergentes.
No obstante, el XRep señala hoy que “una disposición reglamentaria es automáticamente inválida si contradice el régimen internacional de protección de los derechos humanos”, y constata que la doctrina y jurisprudencia en el derecho internacional de los derechos humanos exigen un respeto especial para la presunción de inocencia.
Esta cuestión, añaden, les impide avalar que una mayoría parlamentaria pueda suspender a un electo “sin pruebas concluyentes, como una sentencia judicial condenatoria”.
No hace tanto tiempo, en abril de este año, parecía que el independentismo estaba más cohesionado que nunca uniendo fuerzas contra el presunto espionaje del Estado a líderes separatistas. Sin embargo, con el paso de los días, se vio con más claridad que fue todo un espejismo: una prueba de ello fue la actitud de Laura Borràs con Esquerra. En un pleno del Parlament, la presidenta de la cámara catalana dio turno de palabra a un diputado republicano (José Rodríguez) y, cuando lo ha hizo, rebautizó a Esquerra Republicana como “Esquerra Repelente”.
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