Opinión

El enemigo yihadista

Combatiente sirio en HasakaJOHN MOORE (Foto de ARCHIVO)11/11/2015
Combatiente sirio en HasakaJOHN MOORE (Foto de ARCHIVO)11/11/2015JOHN MOOREJOHN MOORE

Se utiliza con excesiva frivolidad la palabra enemigo, la sociedad en la que vivimos tiene una errónea tendencia a confundir rivales con enemigos, quizás porque la mayor parte de la gente nunca han tenido enemigos de verdad, es decir gente que se creen con la capacidad para decidir sobre tu vida y está dispuesta a ejecutar su planteamiento.

Cuando uno en las circunstancias que sea ha visto un enemigo de frente no lo olvida jamás, sea un terrorista etarra o sea un terrorista yihadista. Se te queda grabado sobre todo en la mirada, las de los etarras destilaban odio, las de los yihadistas además desprecio.

Escribo esto, porque noto una peligrosa tendencia es ciertos sectores independentistas a jugar con fuego en su afán por ampliar simpatías. Naturalmente es perfectamente legítimo que lo intenten con cualquier persona que viene a Cataluña venga de donde venga, también intentaremos los constitucionalistas lo contrario, pero acercarse, coquetear con según quién, dar razón y razones a determinadas actitudes, discursos y personas es peligroso, porque detrás de aparentes bondades pueden esconderse auténticos enemigos.

El yihadismo es muy amplio y simplificándolo englobamos bajo tal concepto desde el lobo solitario auto radicalizado que coge un cuchillo y mata a alguien, hasta lo que llegó a ser un auténtico estado terrorista como el DAESH, controlando población, recursos y territorio convertido en un problema militar, pasando por organizaciones como Al qaeda y sus variantes. Es un mundo de enemigos complejo y complicado contra el que solo cabe luchar y en esta lucha, dicho sea de paso, los nuestros son muy buenos. Sería terrible que cegados por el afán independentista se abrieran vías de actuación a estas gentes, especialistas en aprovechar cualquier hueco que se les abra, y sería terrible incluido para los propios independentistas, porque ellos, los enemigos, no distinguen una estelada de una bandera española a la hora de llevar adelante lo que pretenden, es decir matar a los que consideran infieles.

Dicho de otra manera, ningún constitucionalista en su sano juicio pretenderá matar a los independentistas que aquí viven, ni ningún independentista en su sano juicio pretenderá matar a los constitucionalistas que aquí vivimos. Pero ellos sueñan con matarnos a unos y a otros sin distinciones, ellos son el enemigo y al enemigo se le combate.

De corazón deseo que esto no sea así porque como decía una cosa son rivales y otra enemigos, y estas no serian las primeras compañías peligrosas a las que se acercan algunos independentistas.