Independentismo

El apoyo a la independencia cae a su nivel más bajo en Cataluña: solo un 31% quiere ser un Estado separado de España

La cifra confirma la tendencia de desgaste del proyecto tras años de estancamiento político

Manifestación en Barcelona convocada por la ANC bajo el lema "Acabemos lo que empezamos. Ganemos la independencia"/Efe
Manifestación en Barcelonalarazon

El apoyo a la independencia continúa retrocediendo en Cataluña. Según la tercera ola del Barómetro de Opinión Política del CEO publicada este lunes, solo un 31% de los catalanes apuesta actualmente por que Cataluña se convierta en un Estado independiente, frente a un 62% que prefiere fórmulas que mantienen a Cataluña dentro del Estado español —ya sea como comunidad autónoma, estado federado o región— y un 7% que no sabe o no contesta. Se trata de uno de los registros más bajos de la última década y confirma la tendencia de desgaste del proyecto tras años de estancamiento político.

Los datos muestran un giro claro hacia posiciones más moderadas dentro del debate territorial. El modelo preferido por los encuestados es el encaje como comunidad autónoma dentro de España, opción que alcanza el 33% y se sitúa por delante del independentismo. En tercer lugar se consolida la propuesta de una España federal (23%), un espacio históricamente intermedio y difuso, pero que actualmente reúne casi a una cuarta parte de la población que vería con buenos ojos una reforma territorial sin llegar a la secesión.

Las opciones menos respaldadas son las de un modelo más centralizado: un 6% se decanta por que Cataluña sea una región de España. El 7% restante no sabe o no contesta.

Estos resultados confirman una fotografía política marcada por la desmovilización y la fatiga del conflicto territorial. La caída del apoyo a la independencia coincide con un contexto en el que las prioridades ciudadanas se centran cada vez más en la economía, el acceso a la vivienda, la inmigración, la inseguridad y la gestión de los servicios públicos. A ello se suma la falta de avances hacia un referéndum pactado y la fragmentación del espacio independentista, factores que han contribuido al descenso del apoyo a un Estado propio.

Hoy por hoy, la sociedad catalana se inclina mayoritariamente por soluciones que mantengan la vinculación con España, ya sea a través del actual sistema autonómico o mediante una reforma federal. La independencia, que en sus momentos álgidos llegó a superar el 47%, queda ahora como la opción preferida por menos de un tercio de la población.

Modelo territorial vs. posicionamiento individual: dos preguntas, respuestas distintas

Sin embargo, el propio CEO muestra que las preferencias sobre el modelo territorial no coinciden necesariamente con la posición personal sobre la independencia. Cuando se pregunta de forma directa “¿Usted se considera independentista?”, los porcentajes cambian de manera notable. En el conjunto de Cataluña, 39% se declara independentista, 53% no y 8% no sabe/no contesta.

Por partidos, las diferencias son muy marcadas:

CUP: 84% sí / 9% no

Junts: 81% sí / 14% no

ERC: 70% sí / 24% no

Aliança Catalana: 62% sí / 32% no

Comuns: 25% sí / 66% no

PSC: 18% sí / 76% no

PP: 14% sí / 84% no

Vox: 9% sí / 87% no

La explicación es que una cosa es lo que uno desea y otra lo que considera viable, realista o conveniente en el contexto actual. Un votante puede sentirse independentista “de corazón”, pero optar por un modelo dentro de España —como comunidad autónoma o estado federal— si percibe que la independencia no es políticamente factible, que podría ser perjudicial económicamente o que no resolvería los problemas presentes.

Este desfase entre sentimiento identitario y preferencia de modelo de Estado se observa de manera especialmente clara en partidos como Aliança Catalana, donde hay más independentistas declarados que personas dispuestas a situar la independencia como la opción preferida para el encaje territorial de Cataluña.

El contraste entre ambas preguntas pone de manifiesto una transformación profunda en el debate territorial. El independentismo, aunque sigue siendo un sentimiento presente en una parte importante de la sociedad, ya no es el eje principal que ordena el voto para amplios segmentos del electorado, especialmente aquellos movilizados por cuestiones sociales, económicas o de seguridad.

Cuanto más joven, menos independentista

Los datos del CEO muestran una tendencia que era un secreto a voces: los jóvenes son cada vez menos independentistas. En la franja de 18 a 24 años, un 62% se decanta por opciones que sitúan a Cataluña dentro de España, mientras que solo un 25% apoya la independencia. Entre los 25 y los 34 años, las cifras son muy similares: un 63% rechaza la independencia y un 29% la apoya. De los 35 a los 49 años, la tendencia también se mantiene: 62% prefiere seguir en España y 31% apuesta por la secesión.

Entre los adultos de 50 a 64 años se registra el porcentaje más alto de apoyo a la independencia: 34%, aunque la mayoría (60%) sigue inclinándose por un encaje dentro del Estado. Por último, entre los mayores de 64 años un 30% quiere independizarse, frente a un 63% que prefiere que Cataluña siga formando parte de España.

Estas cifras confirman que el declive del independentismo tiene una dimensión generacional y que las nuevas prioridades sociales están reconfigurando el mapa político catalán.