Año 1860
Cuál era el nombre original de la Avenida Diagonal de Barcelona (y sus otros 5 nombres)
A lo largo de sus 163 años de su historia, la emblemática vía ha sufrido todo tipo de transformaciones
Quizá por sea por sus imponentes 11 kilómetros de largo (presentes en media ciudad) o quizá sea porque hay pocas vías más icónicas en Barcelona. Sea por lo que sea, las autoridades políticas de cada momento han querido dejar su huella y bautizar a su gusto la Avenida Diagonal de Barcelona.
Tan poderosa es su imagen aérea dividiendo Barcelona en dos mitades y tanto da que pensar su función en la ciudad que su sentido parece siempre inacabado. El arquitecto IldefonsCerdà, el padre de la Barcelona cuadriculada que conocemos hoy en día, concibió la Diagonal como una vía para unir núcleos de población que entonces estaban bastante alejados, tales como Sarrià, Gràcia, el Clot y el Poblenou. Lo hizo en el marco de su célebre plan de Reforma y Ensanche de Barcelona (1859), que sentó las bases de la ciudad moderna.
Cuando Cerdà proyectó el Ensanche barcelonés, los que hoy son barrios como Gràcia, Sants, Les Corts, Sant Gervasi, Sarrià, Horta, Sant Andreu de Palomar y Sant Martí de Provençals eran en aquel entonces municipios independientes. La Diagonal debía servir para conectar algunos de ellos en el mejor de los casos y para acercarse en el peor de ellos.
El primer tramo, muy embrionario respecto al kilométrica calle proyectada, se abrió entre el paseo de Gràcia y Pau Claris y recibió el nombre de Argüelles. Pero al poco recibió el nombre que habían pensado inicialmente Cerdà junto a Víctor Balaguer (el escritor, político y periodista que hizo un proyecto de nomenclatura de las calles de Barcelona). Ese nombre era Gran Vía Diagonal y lo llevó desde 1860 hasta 1874, cuando recuperó el nombre de Argüelles.
De Prat de la Riba a Franco
El crecimiento de la Diagonal fue muy lento, pero su importancia como avenida estratégica de la ciudad nunca estuvo en duda. En 1922, después de ocho de existencia de la Mancomunidad de Cataluña —la institución que agrupaba las cuatro diputaciones catalanas en un único ente y que se considera germen de la Generalitat—, la Diagonal recibió el nombre de Avenida de la Nacionalidad Catalana.
El nombre era completamente del gusto del líder de la catalanista Liga Regionalista, Enric Prat de la Riba, impulsor de la mencionada Mancomunidad de Cataluña, la cual pasaba por ser no solo un aparato al servicio del autogobierno sino también al de la burguesía catalana.
Pero este nombre apenas duró un par de años porque la llegada al poder en España de Primo de Rivera en 1923 precipitó otro cambio. Su dictadura decidió dedicarle en 1924 la emblemática calle a Alfonso XIII, que fue rey desde 1923 hasta la proclamación de la II República (1931).
Y, en efecto, con el cambio de régimen, la avenida Alfonso XIII dio paso a la Avenida Catorce de Abril en conmemoración del día de la proclamación republicana. Y este fue el nombre que conservó desde 1931 hasta el siguiente terremoto político: la guerra civil.
Al término de la guerra, recuperó de forma provisional el nombre original de Gran Vía Diagonal. Pero al cabo de muy poco, en el mismo 1939, tomó el nombre de Avenida del Generalísimo Francisco Franco, uno de los más longevos que ha tenido puesto que no se le retiró hasta el restablecimiento de la democracia en 1979, cuando se le dio su denominación actual de Avenida Diagonal.
El sentido de la Diagonal
Estos han sido los siete nombres que ha tenido una calle cuya finalización tardó bastante más de un siglo. No se acabó hasta principios del siglo XXI, cuando se abrió y se urbanizó la parte más próxima al mar gracias al impulso urbanístico del Fòrum 2004.
Sería difícil definir qué tipo de avenida es porque su tipología es muy diferente según el sector de la ciudad por donde pasa. Hay tramos muy comerciales (quizás los menos), otros con edificios emblemáticos (Casa de les Punxes, palacio del Barón de Quadras, Palacio de Pedralbes, Torre Agbar), los hay que invitan al paseo y otros que están mucho más dedicados al tráfico de vehículos y no a los peatones. Lo que todavía no hay es un tranvía que atraviese la Diagonal de punta a punta, igual que tampoco hay un consenso respecto a si, en realidad, debería haberlo.
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