
Criminalidad
Se disparan los tiroteos por defensa propia de los Mossos: casi el doble que en 2023
Interior cifra en 78 los incidentes en 2024 en los que los agentes abrieron fuego contra personas, frente a los 45 del año anterior

Los agentes de los Mossos d’Esquadra dispararon sus armas en 78 ocasiones por defensa propia o de terceros durante 2024, casi el doble que en 2023, cuando se registraron 45 incidentes de este tipo. Así se desprende de un informe interno del Departament d’Interior i Seguretat Pública de la Generalitat, al que ha tenido acceso ElCaso.com, y que recoge el uso de armas reglamentarias por parte de los agentes catalanes en los años 2023 y 2024.
En total, en 2023 se contabilizaron 253 disparos, la mayoría para abatir animales malheridos, sobre todo en carreteras. En cambio, en 2024 los disparos aumentaron a 358, y en 78 casos estuvieron motivados por la necesidad de repeler ataques.
Más tiroteos en zonas urbanas
Llama la atención que más de 30 de estos incidentes ocurrieron en Barcelona. Uno de los casos más destacados tuvo lugar el 21 de febrero de 2024 en Vallvidrera, donde un hombre que huía de una plantación de marihuana intentó atropellar a varios agentes, que abrieron fuego y lo hirieron. Otro episodio se produjo el 2 de junio en L’Hospitalet de Llobregat, donde los Mossos neutralizaron a un hombre que amenazaba a viandantes con un cuchillo.
En 2023, los Mossos también se enfrentaron a situaciones graves. El 15 de junio, un hombre atrincherado en Les Llosses (Ripollès) resultó herido tras un tiroteo con el GEI. El 8 de diciembre, en la Bisbal d’Empordà, la policía disparó contra otro hombre que había herido a su pareja y abierto fuego contra los agentes. El único fallecido ese año fue un hombre en Vandellòs, que murió tras intentar atropellar a varios mossos al huir de un control policial.
Más armas en la calle y escasa formación
Estos datos, aún provisionales —los de 2025 solo recogen hasta abril—, reflejan, según fuentes policiales, un incremento preocupante de la violencia en las calles y de la presencia de armas, especialmente en conflictos vinculados al narcotráfico. Mientras las armas blancas se han convertido en un fenómeno visible y han motivado planes específicos para su retirada, las de fuego continúan asociadas al crimen organizado, sobre todo relacionado con el cultivo y tráfico de marihuana.
En paralelo, Interior también ha detectado un aumento récord de los delitos de atentado contra agentes de la autoridad. Pese a ello, los sindicatos policiales denuncian la falta de formación en el uso de armas. Los agentes de Seguridad Ciudadana —que atienden el 80% de los incidentes— apenas realizan prácticas de tiro una vez al año y, en muchos casos, deben costearse entrenamientos privados para mantener sus habilidades.
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