ERC quiere mantener la mesa de diálogo también con el PP

Esquerra se aferra a la mesa de diálogo, el salvoconducto para validar su estrategia en el Congreso y proyectarse como el partido del «voto útil independentista» de cara al 23J. Tanto es así que los republicanos dicen ahora que quieren mantener el foro si el PP llega a la Moncloa, una petición que ayer verbalizó el propio cabeza de cartel, Gabriel Rufián. En la tradicional rueda de prensa que la agencia Efe organiza en campaña, Rufián recordó que uno de los principales aspectos de esa negociación es que es «entre gobiernos», pretexto por el que defendió querer mantener ese diálogo con un hipotético Ejecutivo del PP.

Sería poco democrático e incluso poco entendible internacionalmente decir que solo negociamos con unos, (...) si solo hablamos con el PSOE», argumentó preguntado sobre esta cuestión.

No es la primera vez que los republicanos amagan con querer mantener el foro con el PP en un eventual Gobierno, un extremo que los populares rechazan de plano. El propio president de la Generalitat, Pere Aragonès, ya amagó con esta posibilidad, aunque ayer Rufián fue mucho más claro y se expresó en esta línea a las puertas de los comicios del 23J y pese a la negativa explícita de los populares de dar ningún trato preferencial a la Generalitat.

Sin embargo, con las encuestas a la contra y la gestión del Govern en entredicho, ERC está centrado gran parte de la campaña en intentar reivindicar su apuesta estratégica en la pasada legislatura –la mesa de diálogo– frente a la vía de confrontación que defiende Junts. Cabe recordar que el foro apenas se reunió en tres ocasiones –la última, en julio del año pasado– aunque Esquerra logró atar la llamada «agenda de la desjudicialización» con el Gobierno de Sánchez, que acabó desembocando en la supresión de la sedición y la reforma de la malversación.

De hecho, ERC también mira hacia el PSOE y amenaza con elevar sus exigencias dependiendo del resultado del 23J. Sobre posibles acuerdos para la investidura tras las elecciones, y ante la posibilidad de que Sánchez necesite los votos del independentismo catalán y vasco para gobernar, la número dos de los republicanos avisó: «Si es así ya veremos cuál es el precio, que obviamente será un precio muy alto». Rufián añadió que en la legislatura anterior pusieron sus «votos al servicio de la resolución del conflicto». «Cuatro años después, si Sánchez quiere gobernar su país, una opción cada vez más hipotética, debe respetar el nuestro. Este precio creemos que debe ser más alto, debe ser consensuado y debe poner un dilema» a Sánchez y A Yolanda Díaz (Sumar), entre Cataluña y Vox, aunque descartó concretar qué reclamarán desde ERC.

Por otra parte, en una intervención también ayer en el Círculo Ecuestre, Rufián sorprendió al buscar un tono conciliador con Junts, refiriéndose en concreto a su cabeza de lista el 23J: «Yo lo único que le puedo decir a Míriam Nogueras es que no soy su adversario». Preguntado sobre la relación entre ambos partidos, marcada en los últimos tiempos por una guerra permanente entre posconvergentes y republicanos, Rufián se mordió la lengua y evitó entrar al choque: «Junts tiene muchas almas. Pero nosotros tenemos que decir muy claro que ningún independentista es nuestro adversario».

Estas declaraciones llegan después de que en los primeros actos de campaña Junts haya hecho gala de sus ataques hacia Esquerra. De hecho, tanto Nogueras como el secretario general posconvergente, Jordi Turull, han criticado con dureza a los republicanos por los pactos alcanzados con el Gobierno en esta legislatura, llegando a llamarles «súbditos del Estado» y «palanganeros de (Pedro) Sánchez».