Nacionalismo
La Generalitat prescinde del delegado de Perpiñán tras las presiones independentistas
El ya cesado recibió críticas por no utilizar la nomenclatura nacionalista de "Catalunya Nord" para referirse a los Pirineos Orientales
El Consell Executiu del Govern ha aprobado este martes el relevo en la dirección de la Casa de la Generalitat en Perpiñán. Según el documento oficial, Christopher Person cesa a petición propia y “por motivos personales”, y será sustituido por el político convergente Albert Piñeira. Sin embargo, esta decisión llega después de semanas de intensas críticas por parte de los principales partidos independentistas, que pedían abiertamente su destitución por lo que consideran una renuncia simbólica y política a la catalanidad de la Catalunya Nord.
La polémica se remonta al pasado mes de marzo, cuando Christopher Person, designado delegado del Govern en Perpiñán, evitó referirse a la región francesa de los Pirineos Orientales con el término “Catalunya Nord”, una expresión profundamente cargada de valor identitario y reivindicativo para el nacionalismo. En declaraciones públicas, Person argumentó que, como representante institucional, debía atenerse a la nomenclatura oficial francesa y mantener una postura de “neutralidad”.
La decisión de emplear sistemáticamente el nombre oficial de “Pirineos Orientales” en lugar de “Catalunya Nord” fue interpretada como una claudicación ante el discurso jacobino del Estado francés, y generó un aluvión de críticas tanto desde sectores de la sociedad civil como desde el ámbito político. Junts per Catalunya, Esquerra Republicana y Aliança Catalana coincidieron en exigir su cese inmediato, acusándolo de no estar a la altura del cargo ni de los valores fundacionales de la delegación, creada en 2003 precisamente para reforzar la presencia institucional y cultural de la Generalitat en el territorio catalanoparlante al norte de los Pirineos.
De hecho, varios exdelegados de la Casa de la Generalitat en Perpiñán firmaron una carta abierta pidiendo su destitución, alertando de que su actitud estaba debilitando la credibilidad de una institución que durante dos décadas había trabajado por tejer lazos culturales y políticos con la llamada Catalunya Nord.
La situación ya venía tensa desde diciembre del año pasado, cuando Christopher Person envió las felicitaciones navideñas de la delegación únicamente en francés, omitiendo completamente el uso del catalán. Este gesto fue percibido como un desprecio a la lengua catalana, especialmente en un contexto en el que muchas asociaciones culturales del territorio luchan por su supervivencia frente a las políticas lingüísticas restrictivas del Estado francés.
Pese a la versión oficial del Govern, que habla de una dimisión por “motivos personales”, el relevo se produce tras un desgaste evidente y una pérdida de confianza en su figura por parte de las principales formaciones nacionalistas. La llegada de Albert Piñeira, histórico dirigente de Convergència y exalcalde de Puigcerdà, se interpreta como un intento de calmar las aguas y devolver el perfil político y nacional al cargo. Piñeira cuenta con una sólida trayectoria política vinculada al territorio fronterizo de la Cerdanya, donde impulsó proyectos como el Hospital Transfronterizo, y ha sido un defensor del catalanismo institucional.
En el comunicado emitido este martes, el Govern ha agradecido a Christopher Person la labor realizada al frente de la Casa de Perpiñán durante los últimos meses, destacando especialmente su apoyo a la Bressola, que este año recibirá una aportación récord de 800.000 euros. La Bressola es la red de escuelas catalanas en la región, que últimamente se estaba viendo desatendida por las políticas anticatalanas de Francia.
No obstante, el reconocimiento institucional no disipa el malestar acumulado ni el mensaje político que se envía con su relevo: la presencia de la Generalitat en la "Catalunya Nord" no puede ser neutral ni ambigua, sino que debe responder al mandato cultural y nacionalista con el que fue concebida hace ya más de veinte años.