Viajes
El increíble pueblo español que se eleva sobre las nubes: se encuentra entre un precipicio y una montaña
Aunque es bastante desconocido, se trata de uno de los municipios más bonitos y mágicos de todo España
En mitad de la zona del macizo de Guillerías, se encuentra un pequeño pueblo que se sitúa sobre un peñasco y al borde de un gran precipicio, dando un contraste en sus vistas espectacular. Se encuentra al norte de Cataluña y, aunque es muy desconocido, está entre los municipios más bonitos de toda España. Es el lugar perfecto para retirarse unos días a la naturaleza salvaje y desconectar de todo.
Está situado en una ubicación muy peculiar ya que, con tantos metros de desnivel entre su punto más bajo y el más alto, además de no estar excesivamente lejos del Mar Mediterráneo, tiene un clima suave en verano y seco en invierno, aunque durante la primavera y el otoño llueva más. Es un pueblo perfecto que visitar a finales de verano ya que, de hecho, suelen aprovechar el último fin de semana de esta estación para celebrar las fiestas.
Pertenece a la subcomarca de Collscabra o Cabrerès, que significa 'puerto la cabra', una zona natural del interior de Cataluña con poco más de 142 kilómetros cuadrados de extensión, aunque en ese espacio reducido contiene unos paisajes de ensueño. En 1992 fue declarada como zona protegida dentro del PEIN (Plan de Espacios de Interés Natural) de la Generalidad de Cataluña.
El terreno sobre el que se instala el pueblo del que hablaremos hoy es un altiplano, una plataforma encajada entre las cordilleras Prelitoral y las cordilleras Transversales catalanas. Esto le confiere un clima tirando a húmedo, pero aún así mediterráneo. La población que habita en esta subcomarca es escasa, y está organizada de manera esporádica en pequeños municipios dispersos.
El pueblo que se eleva sobre las nubes en Cataluña
Estamos hablando de la antiquísima población de Tavertet, que pertenece a la provincia de Barcelona. Se encuentra en un enclave mágico, en un punto intermedio en el que se pueden admirar las vistas tanto de las altas montañas del Montseny al mismo tiempo que los bajos pantanos del Sau y Susqueda. El desnivel va desde los 425 hasta los 1196 metros sobre el nivel del mar en menos de unos pocos kilómetros de distancia.
Al estar 'entre la espada y la pared', entre un profundo precipicio y con las montañas de espaldas, es muy común que toda la parte baja se cubra de niebla o nubes, dejando unas vistas de cuento de hadas desde Tavertet. Otras veces, debido al clima medianamente húmedo que se da, son las propias calles del pueblo las que se llenan de un vapor de agua espeso como una esponja.
Además, se trata de una población rural bastante antigua y, aunque en la actualidad cuente con un registro de poco más de 100 habitantes, en el pasado llegó a contar con casi medio millar de vecinos. La tranquilidad y la armonía se pueden respirar tan solo con dar un paseo y perderse por sus intrincadas calles, que le transportan a uno a otra época donde las preocupaciones eran más sencillas.
Tavertet sigue manteniendo en un gran estado de conservación hasta 40 antiguas casas de piedra que fueron construidas en los siglos XVII y XIX, hecho que le valió que su núcleo urbano fuese reconocido como 'Bien de interés cultural' por la Generalidad de Cataluña. Además de todas las casas de piedra de estilo rural tradicional con tanto encanto, es de visita obligada la Iglesia de San Cristóbal de Tavertet, de estilo románico y que data del siglo XI-XVI.
Junto con las casas, el otro gran encanto del pueblo son las vistas. Cerca de allí y siguiendo uno de los senderos del pantano, se llega hasta el mirador del Silencio, que le quitará las palabras a más de uno solo con asomarse a él. Otro gran punto desde el que otear el basto horizonte es desde la cima de un pequeño monte cercano, donde se encuentra la ermita de San Corneli.
Tavertet destaca por sus actividades de senderismo, y es uno de los destinos fetiche para los amantes de este deporte. La ruta más conocida es la que recorre todo Tavertet, atraviesa unos 7 kilómetros y llega hasta Puig de la Força. Lo mejor de la gastronomía de la zona son sus carnes a la brasa y sus embutidos, aunque como cualquier zona de monte o montaña, disponen de varias infusiones y especias únicas con un sabor que no se puede encontrar en ningún otro lugar del mundo.