
Polémica
Pepe Serra, director del Mnac: "Las pinturas de Sijena estaban politizadas mucho antes de la condena"
El director del museo confía que el juzgado entienda las razones técnicas para evitar el traslado a Aragón

Desde que estalló la polémica sobre las pinturas de Sijena y la sentencia que obliga a trasladarlas de Cataluña a Aragón, el director del Museu Nacional d'Art, Pepe Serra había permanecido en silencio... Hasta hoy. Serra celebró un encuentro con medios para hablar, desde una perspectiva institucional, del posicionamiento del centro respecto a un tema que calificó como "politizado desde mucho antes de la condena".
“Este es un proceso que ha durado diez años”, dijo para añadir que “hay una cadena de legitimidad que hace que las pinturas estén aquí. No se puede hablar de expolio. Es un rescate patrimonial en tiempos de guerra, en un momento en el que no se podían tomar medidas de forma ordenada. Desde que se rescata y restaura, es impecable su custodia y puesta en valor. Todos los equipos han conseguido que esta obra sea accesible a todo el mundo en un museo público y reconocido internacionalmente, un museo de referencia del arte medieval”.
Serra recordó que las pinturas tienen el máximo grado de protección que permite el Estado. Es decir, son Bien de Interés Cultural (BIC). “La posición del museo está fijada de manera muy concreta. Desde el inicio litigio, el museo ha dicho que nuestra prioridad es preservar el patrimonio, un bien que no es nuestro”, puntualizó para añadir que el Mnac declara su “incapacidad técnica de cumplir con la ejecución de la sentencia sin poner en riesgo las pinturas. Cumplir con la sentencia de traslado de estos bienes supone someterlas a un riesgo grande de daños. No se trata de se puede o no se puede. No es una trampa para ganar tiempo. No discutimos la sentencia, aunque no nos gusta”. Ese riesgo, puntualizó Pepe Serra, está avalado científicamente, como ya lo demostró un informe en 2016 “en el que se constataba la fragilidad. En 2025 estarán iguales o peor, no estarán mejor de manera mágica”.
“Las obras que tenemos en la sala 16 del Mnac no son pinturas murales. Murales son las que están en un muro. Lo que tenemos son vestigios materiales de una obra que se incendió. No existe el original porque se perdió en 1936. Es un vestigio arrancado con técnicas del strappo”, argumentó. Un matiz para aquellos que no son técnicos en arte. Tal y como explica el propio museo, el strappo es un procedimiento de arranque de la pintura mural que consiste en separar la superficie cromática del muro. Hablamos de una operación drástica y arriesgada que desnaturaliza la obra, la descontextualiza de su entorno original y que sólo debe llevarse a cabo en casos excepcionales. Sigamos con la explicación del director del Mnac quien quiso subrayar que lo que tenemos hoy “son unas pinturas de 1.200, cuya parte más gruesa de toda la obra tiene 1 milímetro. Son los restos de una obra calcinada luego traspasada a una tela de algodón y de allí a madera. Por eso hablamos de un artefacto complicadísimo porque lo que tenemos es pintura y una serie de materiales con capas diferentes sin cohesión. No hay un original sino restos de una pintura quemada. Es extremadamente frágil y, por tanto, no es comparable a las otras pinturas murales de nuestra colección porque no fueron calcinadas ni quemadas. El incendio de 1936 provocó unas transformaciones químicas que otras pinturas no tienen".
Según la sentencia cerrada del Tribunal Supremo y que no puede ser recurrida, el Mnac tiene la responsabilidad de llevar a cabo el traslado, pero la instalación de las pinturas. "El museo no ha conseguido acreditación sobre el lugar de destino. No se puede hacer un proyecto de retirada si no se sabe a dónde irá. Hacen falta informaciones", aclaró Serra. Por todo ello, no omitió que "Aragón no ha presentado un plan, ni lo hará". Lo que no quiso es valorar las condiciones del Monasterio de Sijena para acoger lo que ahora está en Barcelona: “No tengo una posición sobre el lugar de destino. Lo que sí digo es que la operación técnica no puede hacerse sin conocimiento de cómo se quiere instalar. Si va a un lugar concreto debe ser porque estará mejor que nunca, no en un lugar para morir. Yo puedo acreditar las condiciones del lugar en el que están ahora”.
Serra se mostró esperanzado en que el juzgado de Huesca entiendan las razones técnicas para que las obras no viajen, además de negar que haya habido algún tipo de injerencia política en las últimas semanas en el Mnac.
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