
Oncología
Una quincena de pacientes oncológicos del Hospital del Mar ya se han beneficiado de la electroporación
El Hospital del Mar es el único centro español que usa esta técnica para la ablación de los tumores hepáticos y de cáncer de páncreas que, por encontrarse cerca de estructuras vitales, no se pueden abordar con otras estrategias terapéuticas

En el contexto de los tumores hepáticos y de páncreas,el tratamiento más eficaz es la cirugía para resecar el tumor y además existen otras técnicas para tratar estas enfermedades, muchas veces de forma combinada, sin embargo, en ocasiones estas lesiones neoplásicas, ya sean primarias como secundarias, están ubicadas en zonas cercanas a órganos o estructuras vitales, con lo que queda descartado el uso de las mismas, en cuyo caso, los pacientes no disponen de más alternativas terapéuticas.
En este contexto, en 2020, el Hospital del Mar empezó a aplicar la técnica de electroporación para tratar estos tumores sobre los que no es posible intervenir mediante otras técnicas, siendo así pionero en toda España en el uso de la misma.
Al respecto, el doctor Fernando Burdio, jefe del Servicio de Cirugía del Hospital del Mar, destaca que "la electroporación es una técnica ablativa algo compleja y bastante reciente, sin embargo este centro es experto en este tipo de técnicas, a las cuales se recurre cuando la cirugía no es posible". "En su mayoría, son térmicas, es decir que consisten en aplicar una temperatura muy elevada al tumor, destruyendo así las células tumorales, sin embargo ello provoca también la destrucción de estructuras del entorno, que pueden ser esenciales para el organismo", razón por la que no está indicado su uso en algunos pacientes con cáncer de hígado o páncreas en los que, debido a la ubicación del tumor, entraña un importante riesgo.
Una técnica más controlada y precisa
En estos casos en los que el abordaje del tumor es extremadamente complicado, existe la opción de recurrir a la electroporación, una técnica costosa, de compleja aplicación, difícil de entender, que requiere mucha experiencia y una intensa colaboración entre cirujanos y radiólogos, lo cual hace complicada su implementación. Ésta consiste en, mediante unas agujas, colocar unos electrodos en torno al tumor, a veces recurriendo a la apertura del abdomen, para crear una corriente de alto voltaje entre esos electrodos, lo que crea unos poros microscópicos en la membrana citoplasmática de las células tumorales, que ven alterado su equilibrio natural y, en consecuencia, en un par de días o, incluso, en una semana van muriendo.
Respecto al resto de alternativas terapéuticas, la principal ventaja que presenta esta técnica, que es poco agresiva y, por lo tanto favorece la recuperación del paciente, es que "no produce necrosis, sino que provoca una muerte más gradual de las células". "Se alcanza un nivel un control muy superior, así que a diferencia de las técnicas ablativas térmicas, que con el calor lo destruyen todo, ésta permite preservar estructuras vitales que sustentan el organismo".
Además, en muchos casos, "a estos pacientes se les administra posteriormente quimioterapia o radioterapia y, en aquellos casos en los que se ha usado la electroporación, la apertura de los poros de la membra celular que provoca esta técnica favorecer que la quimioterapia entre mejor", señala el doctor, quien sin embargo aclara que ésta técnica "ayuda a tratar a los pacientes de forma global, por lo que se usa de forma combinada".
A modo de ejemplo, Burdio comenta que "un mismo paciente tiene varias lesiones, alguna de las cuales se puede resecar mediante cirugía, otras es posible que se pueden tratar con ablación térmica y en aquellas con una localización más comprometida, se podría recurrir a la electroporación". Así pues, con todas estas opciones terapéuticas, se llevaría a cabo un abordaje global de la enfermedad, tratando todas las lesiones que presenta el paciente, para cada una de las cuales hay que seleccionar el mejor abordaje.
En definitiva, "es una técnica más del armamentario médico", sin la cual, sin embargo, en los casos más complicados, no habría la posibilidad de tratar todas las lesiones. Por ello, es importante su implementación, algo para lo que no todos los centros están preparados, ya que para su uso es necesaria mucha experiencia y preparación y una gran sincronización entre cirujano y radiólogo, que a su vez ha de controlar la técnica y la tecnología para garantizar una colocación óptima de las agujas con los electrodos alrededor de la lesión.
Y el hospital del Mar reúne todos esos requisitos. Su equipo, formado por cirujanos, radiólogos anestesiólogos, oncólogos y personal de enfermería ha tratado una quincena de casos en los cinco años en los 5 años que lleva aplicando la técnica.
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