
Libros
Ray Bradbury tenía mucho cuento
Páginas de Espuma reúne 450 relatos del autor estadounidense de «Fahrenheit 451»

Ray Bradbury es uno de los indudables nombres propios de la ciencia-ficción literaria cuando el género era una rara avis para muchos lectores y editores. El valor de su obra literaria, con incansables clásicos modernos como «Fahrenheit 451», está fuera de toda duda, por lo que cualquier aportación para recuperarlo es siempre bienvenida. Pero la que acaba de presentar Páginas de Espuma es una de las más ambiciosas hasta la fecha porque hablamos de la reunión en un único volumen de 450 relatos. «Cuentos», que fue presentado hoy en Barcelona, es una edición preparada por Paul Viejo, con traducción de Ce Santiago y prólogo de Laura Fernández.
«Hemos buscado otra manera de acercarse o de ofrecer a Bradbury, un autor muy sólido que tiene el estatus de clásico», comentó Viejo quien ha tenido que seleccionar entre los más de 600 cuentos que el autor estadounidense escribió durante su prolífica y larga carrera literaria. De esta manera, según el editor, el lector de estas más de 1.300 páginas, se encontrará con todos los Bradburys posibles: desde el joven que empezó a darse a conocer en revistas especializadas hasta la década de los 90, ya convertido en un indiscutible referente de la literatura estadounidense del siglo XX. «Hemos intentado que no primase una temática por encima de otras, por lo que había que jugar en la selección de los cuentos. Había que jugar, intentar contar cosas nuevas», añadió Viejo quien no ha dudado en incorporar relatos poco conocidos para el lector español, aunque evitando los inéditos que el mismo Bradbury consideraba malos. «Hemos buscado que se vean las idas y las venidas en su literatura», matizó.
«Parece demasiado sencillo, pero no lo es», comentó la escritora y periodista Laura Fernández, en referencia a lo que le había contado Ce Santiago mientras trabajaba en la traducción. «Ray Bradbury tiene una simplicidad poética que evoca muchas cosas», apuntó para añadir que el volumen de Páginas de Espuma se puede fácilmente definir como «un caramelo».
En su prólogo, Fernández ha tratado de meterse en la cabeza del autor de «Crónicas marcianas», de quien llamó como «explorador de sí mismo, alguien que se automitificó y se autoexplicó».
Por su parte, el escritor Rodrigo Fresán, también invitado a la presentación y que no oculta su devoción por el estadounidense, al que llegó a conocer en Buenos Aires, rememoró que Bradbury calificaba todos sus libros como infantiles «manteniendo toda su vida esa maravilla infantil de un escritor que leía en Argentina junto a Verne, Salgari y Dumas».
Fresán, que tenía la suerte de poder llevar al colegio los libros de Bradbury antes de que estuvieran a la venta en su país, subrayó que el autor de Los Ángeles demostró que «la ciencia-ficción puede ser nostálgico, aquello que pudo haber sido y no fue».
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