Remedios

El remedio centenario inventado en Cataluña que sigue en los bolsillos de todo el mundo cada invierno

La historia de las pastillas Juanola, un invento que ha pasado de generación en generación

Años y años comiendo regaliz. Regaliz en caramelos, golosinas o las famosas pastillas de la marca Juanola. Hay quien lo prueba y no repite
Han trascendido su función farmacéutica para convertirse en un símbolo del saber hacer catalánObjetivo BienestarArchivo

Con la llegada del frío, el viento y los cambios bruscos de temperatura, cuidar la garganta se convierte en una prioridad. Cada invierno, miles de catalanes recurren a un pequeño remedio de sabor inconfundible, convertido en un clásico imprescindible: las pastillas Juanola.

Más de un siglo después de su invención, estas pastillas siguen ocupando un lugar en los bolsillos de quienes buscan aliviar la garganta y disfrutar de un placer con historia.

Lo que muchos no saben es que este icónico producto nació en Barcelona en 1906, cuando el farmacéutico Manuel Juanola Reixach, desde su botica en el barrio de Gràcia, desarrolló una fórmula basada en regaliz y plantas medicinales.

Su objetivo era simple: crear un remedio efectivo y natural para la garganta. Lo que no imaginaba es que, más de cien años después, su pequeño invento seguiría presente en la vida cotidiana de millones de personas.

Un diseño inconfundible y un sabor que perdura

Las pastillas Juanola no solo han sobrevivido al paso del tiempo, sino que se han convertido en una marca de identidad catalana. Su icónica forma romboidal, su característico color negro intenso y su caja roja compacta, diseñada para caber en cualquier bolsillo, han hecho que este remedio trascienda su función original para convertirse en un objeto cotidiano con un fuerte componente emocional.

A lo largo de las décadas, generaciones de catalanes han compartido el mismo gesto: abrir la caja, coger una pastilla entre los dedos y disfrutar de su sabor inconfundible, mezcla de regaliz, anís y aromas naturales. Más allá de su eficacia, las Juanola son una de esas pequeñas tradiciones que evocan recuerdos de infancia, de abuelos que siempre llevaban una en el bolsillo o de tardes frías en las que una pastilla aliviaba el picor de garganta.

El secreto de su éxito: tradición y adaptación

Si un producto sobrevive más de 100 años, es porque ha sabido adaptarse sin perder su esencia. Aunque la fórmula original de Juanola sigue siendo la estrella, la marca ha evolucionado con los tiempos. Hoy, su catálogo incluye no solo las clásicas pastillas de regaliz, sino también jarabes, infusiones y otras variedades pensadas para el bienestar general.

Lo que no ha cambiado es su compromiso con los ingredientes naturales. Desde su origen, Juanola ha apostado por la regaliz pura y extractos de plantas medicinales, lo que le ha valido la confianza de generaciones de consumidores. Mientras otros productos similares han ido desapareciendo o cambiando radicalmente su composición, Juanola ha mantenido su identidad, adaptándose a las necesidades del consumidor actual sin renunciar a sus raíces.

Más que un remedio, un icono catalán

Las pastillas Juanola han trascendido su función farmacéutica para convertirse en un símbolo del saber hacer catalán. Fabricadas con un proceso que sigue conservando toques artesanales, cada pastilla es ligeramente diferente, reflejo de una producción que ha sabido combinar innovación y tradición.

Para muchos catalanes, Juanola es más que un remedio: es parte de su cultura y su historia. Forma parte de los pequeños gestos diarios, de la sensación de llevar siempre algo en el bolsillo que evoca recuerdos y bienestar.

El sabor del invierno que nunca pasa de moda

Con la llegada del frío, las pastillas Juanola vuelven a ser protagonistas. Ya sea en un trayecto en metro, en una caminata por la ciudad o en una tarde de lectura junto a una taza caliente, este pequeño invento catalán sigue demostrando que hay clásicos que nunca pasan de moda.

Desde 1906 hasta hoy, las Juanola han logrado lo que pocos productos pueden presumir: mantener su esencia y seguir siendo relevantes generación tras generación. Abrir una caja de Juanola es más que tomar una pastilla: es volver a una tradición centenaria, es saborear el invierno con el mismo gusto de siempre.