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¿Qué está provocando avalanchas en Marte?

Las imágenes por satélite sugieren que la superficie del planeta rojo está más activa de lo que parece

Una avalancha marciana captada por el Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) el 29 de mayo de 2019.
Una avalancha marciana captada por el Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) el 29 de mayo de 2019.NASA

Durante las últimas décadas, las sondas que dan vueltas alrededor de Marte han fotografiado su superficie desde el espacio con una resolución sin precedentes. Un detalle curioso de estas imágenes es que en algunas de ellas se aprecian zonas en las que el material del suelo parece «fresco». Los únicos eventos que pueden haber dejado al descubierto este material de manera reciente son las avalanchas y los corrimientos de tierra… Unos fenómenos que también han acabado siendo captados desde el espacio.

Todo indica que las avalanchas son un fenómeno relativamente común en Marte, igual que en la Tierra. Pero, ¿qué está causando estas avalanchas marcianas, si las fuerzas erosivas que actúan en este planeta son mucho más débiles que las de la Tierra?

Análogos de Marte en la Tierra

Una manera económica de responder a esta pregunta es estudiar los terrenos de nuestro propio planeta que tienen características similares a los marcianos, como los valles secos y fríos de la región de McMurdo, en la Antártida. El permafrost que está enterrado bajo la superficie de estos valles responde a las variaciones en la temperatura ambiental: el hielo se funde parcialmente a diferentes profundidades cuando se calienta y el agua resultante disuelve las distintas sales que forman parte del subsuelo.

Por otro lado, algunas zonas de los desiertos de Israel y Chile poseen una gruesa capa de sales justo debajo de la superficie, como el cloruro de sodio (NaCl) y el sulfato de calcio (CaSO4). Estas sales subterráneas son propensas a hidratarse o disolverse cuando entran en contacto con el agua, lo que hace que se expandan o sean transportadas por el agua hasta otros lugares. Como resultado, la capa salina subterránea pierde integridad estructural, se desmorona y la superficie del desierto acaba llena de agujeros.

Estos detalles son importantes porque Marte no sólo es un mundo frío en cuyas latitudes altas se han identificado depósitos de agua congelada subterránea, sino que, además, también existen evidencias de que existen cloruros y sulfatos encima y debajo de su superficie. El mejor ejemplo son las llamadas «líneas recurrentes en pendiente», unos flujos superficiales de barro muy salado que se deslizan por las laderas de las montañas marcianas durante el verano marciano.

Teniendo esto en cuenta, un nuevo estudio ha comprobado si los mismos fenómenos que afectan a las sales subterráneas terrícolas podrían estar provocando las avalanchas de Marte. Para ello han llevado a cabo una serie de experimentos con el fin de comprobar cómo se comportan las sales en las condiciones marcianas.

Simulando el suelo marciano

Los autores de este nuevo estudio han puesto a prueba la capacidad que tienen las sales marcianas para movilizarse en presencia de agua. Para ello, han mezclado terreno marciano simulado con distintas mezclas de sulfatos y cloruros y lo han enfriado a entre -20ºC y -40ºC.

El terreno marciano simulado es muy distinto a la arena, la tierra o el barro que encontramos en nuestro planeta porque el planeta rojo no tiene una atmósfera densa ni actividad tectónica, de modo que las rocas de su superficie han sido trituradas durante miles de millones de años por los impactos de micrometeoritos, la radiación espacial, la abrasión del viento y los ciclos de frío y calor. El resultado es una capa de material rocoso pulverizado llamada regolito que cubre la mayor parte de la superficie de Marte y que está hecha de granos que tienen menos de 40 micrómetros de diámetro. En comparación, las partículas individuales de la harina miden entre 10 y 300 micrómetros.

Este detalle es importante porque la alta reactividad de esa roca pulverizada tan fina facilita su reacción con las sales y el agua. De hecho, los responsables de este nuevo estudio han descubierto que, cuando el regolito seco y salado de sus experimentos se humedece y se seca repetidamente, las sales se hidratan, ascienden hacia la superficie y acaban formando una corteza sólida sobre el terreno. Pero, como las sales hidratadas del subsuelo también se expanden cada vez que se humedecen, su aumento de volumen deforma la corteza sólida hasta que la estructura se desploma y se acaba formando un gran agujero.

Según los responsables de este estudio, los terrenos propicios para que ocurra este fenómeno acabarían llenos de agujeros en escalas desde miles a millones de años. Con el tiempo, estos terrenos debilitados acaban cubiertos de sedimentos transportados por el viento hasta que no pueden soportar su propio peso y se desmoronan, dando lugar a las avalanchas que se han observado. Lo curioso de este proceso es que ni siquiera requiere que existan grandes cantidades de agua líquida en Marte: basta con un poco de hielo y agua salada subterránea para que el terreno ceda bajo su propio peso.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Pese a que la atmósfera de Marte es mucho menos densa que la de la Tierra, el viento marciano cargado de polvo es capaz de erosionar el terreno en escalas de millones de años.

REFERENCIAS (MLA):

  • J. L. Bishop et al. “Martian subsurface cryosalt expansion and collapse as trigger for landslides”. Science Advances, vol. 7, núm. 6 (2021).