Medicina

Así podría matarte el cambio climático

Un nuevo estudio refuerza la relación entre los días extremadamente cálidos y la muerte por enfermedades cardiacas

Fotografía de una persona simulando el dolor precordial típico de un infarto
Fotografía de una persona simulando el dolor precordial típico de un infartoTumisu / PixabayCreative Commons

Conocemos bien los peligros del cambio climático. O, al menos, eso creemos. Nos bombardean los sermones ecologistas en prensa, radio, televisión y redes sociales. Se presentan como la ominosa sombra del apocalipsis que se cierne sobre nosotros. Nefandos son nuestros crímenes contra la madre Tierra y deberíamos avergonzarnos de no sentir vergüenza. Básicamente eso es lo que solemos escuchar y, aunque es indiscutible que la actividad humana está acelerando un cambio climático que pondrá en riesgo a muchas especies (y a nuestra economía), cada vez hay más expertos apostando por mensajes sosegados. No hablamos de afirmaciones tibias, el peligro es el que es y hemos de actuar, pero la frontera entre concienciar y atemorizar es muy difusa.

Con frecuencia escuchamos lo terrible que serán las consecuencias del cambio climático, pero muchas veces, los vaticinios que llegan a los medios son ambiguos o se encuentran deformados. Les falta ir a lo concreto y explicar qué consecuencias concretas tendrá, para que podamos así comprender el efecto dominó que desencadenarían. Por ejemplo: durante los últimos años ha crecido el número de estudios que relacionan el cambio climático con determinadas enfermedades humanas. Sin ir más lejos, una investigación de la American Heart Association ha descubierto que los días extremadamente calurosos o fríos se asocian a un mayor número de muertes por enfermedades cardiacas. Tal vez, conocer estos estudios ayudaría a comprender que no estamos solo a las puertas de un tiempo más caluroso, sino ante un futuro peor.

El agravante

Los investigadores no saben exactamente cómo se agravan las afecciones cardiovasculares durante esos días de temperaturas exageradas. Las sospechas están puestas en que estos cambios extremos afectarían al calibre de nuestros vasos sanguíneos. De hecho, sabemos que estos reaccionan a las diferencias de temperatura, contrayéndose para evitar que perdamos calor por nuestras extremidades, por ejemplo, o dilatándose para redirigir más sangre hacia partes del cuerpo “delgadas”, que ayuden a disipar nuestro calor. En este caso, tal vez se trate de una reacción de los vasos sanguíneos que irrigan el propio músculo cardiaco.

Ahora bien, aunque todavía no conozcamos el mecanismo de acción, sí podemos afirmar que, de algún modo, estas temperaturas extremas agravan los problemas cardiacos que pudieran tener algunas personas. En el estudio se han analizado 32 millones de muertes por motivos cardiovasculares ocurridas entre 1979 y 2019 en 567 ciudades de 27 países diferentes repartidos por cinco continentes. La estadística mostró que, de cada 1000 muertes, los días más calurosos eran responsables de 2,2 muertes adicionales mientras que, en los días de frío extremo, producían 9,1 muertes más. La enfermedad cardiaca que más parece agravarse es la insuficiencia cardiaca, una enfermedad que afecta al 1,89% de los pacientes mayores de 18 años. O, dicho de otro modo, en nuestro país hay 770.000 pacientes de insuficiencia cardiaca. Pueden parecer números pequeños, pero no podemos olvidar que estamos hablando de personas, de un único motivo de muerte y de temperaturas que, por muy extremas que sean, se volverán más exageradas a medida que pasen los años. Y, lo que es más preocupante, ya no es que vaya a haber días más calurosos, sino que habrá más días calurosos durante todo el año.

Solo un ejemplo

Sabemos que, tanto los días de mucho calor, como los de frío extremo, serán más frecuentes a medida que el cambio climático avance y, como sugeríamos al principio, las consecuencias sanitarias no solo se circunscriben a lo cardiaco. Sin ir más lejos, durante este año se han publicado algunos estudios que relacionan los días de calor extremo con el agravamiento de enfermedades del riñón, en parte por la deshidratación. Por otro lado, algunas enfermedades transmitidas por insectos y/o causadas de parásitos parecen estar extendiéndose hacia lugares que antes eran demasiado fríos para ellos. Esto podría aumentar los casos de determinadas enfermedades en nuestro país, como puede ser el caso de la malaria, una enfermedad que mata a 600.000 personas cada año en todo el mundo.

Estos son peligros concretos a los que nos referíamos al principio. Riesgos reales y bien estudiados que van más allá de las frases apocalípticas y vanas con las que a veces se zarandea a la sociedad. A veces hace falta llamar la atención, por supuesto, pero ahora que el mundo ya está mirando, es el momento de centrarse en los muchísimos argumentos que hemos reunido y, así, comprender el verdadero problema que supone el cambio climático.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • El cambio climático es mucho más que un aumento medio de las temperaturas terrestres. Estamos hablando de una mayor frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, ya sean olas polares, huracanes o olas de calor.

REFERENCIAS (MLA):