Psicología

La ciencia desvela la verdad oculta de la culpa y por qué perdonarse a sí mismo es más duro de lo que crees

Un estudio de la Universidad de Flinders destapa los complejos mecanismos que impiden a muchas personas perdonarse a sí mismas

Hombre llorando lágrimas ojo conjuntiva
Hombre llorandoFreepik

El auto-perdón, ese proceso tan escurridizo para muchos, se erige como una pieza fundamental en el intrincado puzle del bienestar psicológico. No es una mera evasión del error, sino un camino de profunda reconciliación interna que permite a la persona avanzar, liberándose de cargas emocionales que, de otro modo, se arrastran en el tiempo.

En este sentido, una investigación reciente de la Universidad de Flinders, publicada en la revista "Self and Identity", ha desentrañado las complejidades de este proceso. El estudio examinó las vivencias de ochenta participantes, buscando comprender por qué algunos logran perdonarse y otros quedan atrapados en el pesar.

Así, los hallazgos de este trabajo subrayan una premisa crucial: el auto-perdón no implica un borrón y cuenta nueva, ni olvidar lo sucedido. Las personas que lograron perdonarse, si bien aún recordaban los eventos y podían sentir culpa ocasional, experimentaban estas emociones con una intensidad mucho menor y menos frecuencia. El evento, para ellos, ya no dominaba su existencia.

El auto-perdón: Un proceso de calado psicológico

Por otro lado, la investigación revela que la auto-condena, la culpa y la vergüenza pueden surgir no solo al cometer un error, sino también cuando uno ha sido víctima o en situaciones de alta responsabilidad donde el control sobre el desenlace es nulo, según desvela SciTech Daily. Esto plantea un desafío a la visión tradicional de la culpa, señalando que el cerebro busca resolver el "daño moral" en estas circunstancias.

Además, el estudio destaca una dificultad particular para quienes sienten haber fallado a un ser querido, como un hijo, cónyuge o amigo. La carga emocional en estos casos es notablemente más pesada, lo que complica la progresión en el camino hacia la remisión personal. La necesidad de pertenencia y de ser un miembro apropiado del grupo o pareja se ve amenazada.

En este sentido, el análisis de quienes sí lograron perdonarse a sí mismos reveló la adopción de estrategias deliberadas. Estas personas hicieron un esfuerzo consciente por enfocar su atención en el futuro, aceptar sus limitaciones inherentes —especialmente en términos de conocimiento o juicio en el momento— y reafirmar sus valores esenciales de cara al porvenir. No es un acto pasivo.

Finalmente, el estudio recalca que el auto-perdón no es una decisión puntual, sino un proceso que demanda tiempo, una reflexión profunda y, a menudo, el apoyo externo de otros. Estos hallazgos resultan de calado para los profesionales de la salud mental, al ofrecerles nuevas herramientas para ayudar a las personas a transitar desde el daño moral hacia una reparación psicológica efectiva, recuperando así su identidad y agencia.

Lidiar con la culpa es mucho más difícil de lo que parece, incluso cuando ni siquiera somos los causantes de ese error pero sí que cargamos con el pesar de esa culpa.