
Ciencia
Cuando la evolución cierra la puerta: por qué los delfines y orcas nunca volverán a tierra
Su futuro dependerá por completo de la salud de los océanos que no pueden abandonar

¿Qué pasa si la evolución a veces cierra una puerta tras de ti? Nuevas investigaciones sugieren que los delfines y las orcas—descendientes de mamíferos que caminaron en tierra—han cruzado un umbral de una sola dirección, comprometiendo sus cuerpos con el mar para siempre. El resultado no es solo poético: también transforma nuestra manera de pensar sobre la reversibilidad en la evolución—y lo que un cambio oceánico rápido podría significar para depredadores altamente especializados.
Es extraño imaginar a un delfín caminando torpemente sobre cuatro patas, pero así comenzó su historia—no hace 250 millones de años, sino hace unos 50 millones, cuando los primeros ancestros de las ballenas, como Pakicetus, empezaron a pasar de la tierra al agua. Estas líneas evolutivas acabarían dando lugar a los cetáceos modernos, desde los ágiles delfines hasta las poderosas orcas.
Los hallazgos que inspiraron este texto se publicaron en Proceedings of the Royal Society B (12 de julio de 2023) y ponen a prueba una idea largamente debatida: una vez que los mamíferos se vuelven completamente acuáticos, el movimiento es efectivamente irreversible. Los autores analizaron un conjunto de datos global de 5,635 mamíferos vivos y recientemente extintos y descubrieron que las líneas totalmente marinas no vuelven a formas capaces de vivir en tierra.
¿Sabías que?
La ley de Dollo es el principio evolutivo que establece que los rasgos complejos, una vez perdidos, rara vez vuelven a evolucionar—un buen marco para entender por qué las extremidades para caminar no simplemente “regresan” después de millones de años de adaptación al nado.
Por qué nunca podrán volver a caminar en tierra
El estudio colocó a los mamíferos en un gradiente que va de terrestre a totalmente acuático, aclarando que los taxones A3 (ballenas y sirenios) nunca abandonan el agua, mientras que las líneas A2 (por ejemplo, pinnípedos y nutrias marinas) aún salen a tierra y conservan locomoción limitada.³ Estas categorías importan: una vez que las líneas cruzan hacia el estado completamente acuático, sus extremidades anteriores se transforman en aletas, las columnas y colas en sistemas de propulsión, y los cuerpos se robustecen para la termorregulación—cambios que son funcionalmente incompatibles con caminar de forma eficiente.
Lo que convierte a delfines y orcas en cazadores tan eficaces—cuerpos aerodinámicos, trabajo en equipo y dietas ajustadas a presas marinas—también reduce sus opciones. La especialización es un arma de doble filo: maximiza el rendimiento en el presente, pero reduce la flexibilidad si las condiciones cambian.
¿Sabías que?
En todas las líneas de mamíferos que se movieron hacia el agua, los investigadores encontraron una tendencia consistente hacia un mayor tamaño corporal y hacia dietas más carnívoras—patrones relacionados con la pérdida de calor en el agua (piensa en la regla de Bergmann) y con mayores necesidades energéticas.
Un futuro frágil ligado al mar
Cada sistema principal—esquelético, muscular, respiratorio—en estas especies ha sido esculpido para el mundo marino, sin dejarles ruta de regreso a la costa. Por eso, el cambio climático, las corrientes y hábitats en transformación, y la disminución de presas aparecen como riesgos existenciales: los mamíferos semiacuáticos (focas, nutrias marinas) mantienen cierto grado de flexibilidad; los cetáceos totalmente acuáticos no. Su futuro dependerá por completo de la salud de los océanos que no pueden abandonar.
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