
Cambio climático
Estas olas de calor han sido excepcionales y marcan un posible punto de no retorno
Un nuevo estudio publicado en Science analiza las olas de calor marinas de 2023 y confirma su extrema gravedad

Ahora que el calor parece haber aflojado un poquito, es buen momento para recordar que unos días de “fresco” no nos libran del cambio climático. Nadie dijo que cada día vaya a hacer más calor que el anterior, pero sí que las olas de calor serán peores. Y, si ya nos preocupaban las conocidas, un nuevo estudio publicado en la revista científica Science nos habla de otro tipo de ola de calor que, aunque los científicos conocen, la población ignora: las olas de calor marinas. Y esto no se trata de que vayamos a convertir el Mediterráneo en una piscina infantil o que las costas gallegas se vuelvan más “amables” en los meses de invierno. Las olas de calor marinas son eventos con un fuerte impacto negativo en la ecología y, por si hiciera falta recordarlo: en nuestra economía.
El estudio ha analizado los datos de las olas de calor marinas que sufrió el mundo durante el año 2023. Y, aunque no las recuerdes, las conclusiones del estudio no abandonarán tu memoria con la misma facilidad. Empleando datos por satélite del Optimum Interpolation Sea Surface Temperature (OISST) y el reanálisis de alta resolución Circulation and Climate of the Ocean-Phase II (ECCO2) los investigadores caracterizaron su severidad, extensión y mecanismos impulsores. ¿La conclusión? Que vivimos una ola de calor récord, tanto por el aumento de temperaturas, como por la extensión de agua afectada y la duración excepcional de estos episodios. Es más, los propios investigadores plantean que este evento puede ser un indicador de que hemos superado otro punto de no retorno.
Rompiendo récords
En concreto, la anomalía media máxima llegó a 1,30 °C, muy por encima de la media histórica de 0,98 °C, lo que representa el pico más alto registrado hasta la fecha. Además, estas olas abrasadoras cubrieron el 96 % de la superficie oceánica global, frente a un 73,7 % de promedio en las cuatro décadas anteriores, dejando muy pocos rincones marinos a salvo de este sobrecalentamiento. Y si hablamos de duración, los episodios de 2023 se prolongaron una media de 120 días (cuatro veces más que los 35,7 días históricos) y, en el Atlántico Norte, un único evento llegó a 525 días consecutivos, algo casi inimaginable en el registro climático.
Cifras que asustan, pero si prefieres verlo en perspectiva, podemos recurrir a otro parámetro que las analiza en conjunto: la MHW activity (actividad de las olas de calor marinas) de 53.600 millones °C días kilómetro cuadrado, esto es: tres desviaciones típicas por encima de promedio histórico entre 1982 y 2022. Dicho con palabras llanas: la magnitud de estas olas de calor oceánica está tan por encima de la mayoría que hemos vivido durante los últimos 40 años que, en condiciones normales, ocurriría menos de 1 de cada 666 veces. Es más raro que, lanzando una moneda al aire, sacar cara nueve veces seguidas. Desde aquí, te invitamos a intentarlo, porque estos datos no son simples estadísticas: son el reflejo de un océano bajo presión extrema, recordándonos que unos días de alivio térmico en la costa no anulan una tendencia global hacia fenómenos cada vez más prolongados y devastadores, cuyas consecuencias ecológicas y económicas resultan ya ineludibles.
Consecuencias palpables
Estas olas de calor marinas desatan una cascada de impactos ecológicos que afectan directamente la vida marina, y con ella, nuestras economías costeras. El estudio señala, por ejemplo, el blanqueamiento masivo de corales, la alteración del ciclo reproductivo de muchas especies y episodios de mortalidad a gran escala tanto en fauna como en flora marina. En zonas como el Pacífico Norte y el Atlántico, los investigadores observaron una pérdida significativa de biodiversidad, lo cual no solo altera ecosistemas completos, sino que también reduce la capacidad de los océanos para absorber carbono, contribuyendo aún más al calentamiento global.
Pero esto no se queda en el fondo del mar: el impacto llega también a nuestras mesas y bolsillos. Las olas de calor marinas han afectado gravemente a la pesca y la acuicultura, en parte, por el desplazamiento de especies comerciales hacia aguas más frías. Todo ello se traduce en pérdidas económicas, menor seguridad alimentaria y conflictos en el uso de recursos. Y, por desgracia, las conclusiones son científicamente sólidas, haya refrescado la semana o no.
QUE NO TE LA CUELEN:
- En realidad, ya hemos superado numerosos puntos de no retorno porque, evidentemente, no existe uno solo. Las previsiones más optimistas no se plantean que revirtamos el cambio climático (por mucho que nos esforcemos en ello), solo que detengamos su avance. Y, como decimos, esas son las más optimistas, otras hablan de intensificar notablemente nuestros esfuerzos para, en todo caso, ralentizar su avance. Esto no quita que no haya puntos de no retorno más importantes que otros, pero ni debemos perderle el miedo a los que todavía no hemos cruzado, ni debemos perder la motivación de cambiar las cosas por los que atravesamos hace tiempo.
REFERENCIAS (MLA):
- Dong, Tianyun, et al. Record-breaking 2023 Marine Heatwaves. Science, vol. 381, no. 6650, 24 July 2025, doi:10.1126/science.adr0910.
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