Fuego
Los incendios forestales van a ser más virulentos y terroríficos a partir de ahora: la ciencia está buscando soluciones
El cambio climático ha alterado los incendios, y ahora expertos proponen renaturalizar los ecosistemas para frenar los fuegos más peligrosos
El cambio climático, atribuido a la acción humana, ha provocado una degradación considerable en los ecosistemas a nivel global, alterando fenómenos naturales como los incendios. Si bien el fuego ha sido históricamente un proceso ecológico importante en muchos entornos, los cambios actuales en sus patrones lo han vuelto más destructivo y amenazante para la naturaleza.
Asimismo, un estudio liderado por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) propone soluciones innovadoras para mejorar la salud de los ecosistemas. Este trabajo busca, simultáneamente, reducir incendios peligrosos, abordando el problema desde una perspectiva de restauración natural.
En este sentido, esta visión, conocida en Europa como renaturalización o 'rewilding', persigue el restablecimiento de patrones de incendio. La meta no es recuperar los regímenes antiguos, sino identificar nuevos escenarios que beneficien los procesos ecológicos a medida que el clima cambia, fomentando la diversidad de paisajes y la resiliencia frente a las perturbaciones.
La naturaleza como aliado contra el fuego
En este contexto, según apuntan desde Ecoticias, este enfoque de renaturalización busca lograr un sistema socioecológico equilibrado y plenamente operativo, capaz de soportar perturbaciones naturales como pequeños fuegos, plagas o sequías. Aunque pueda parecer contradictorio, el fuego desempeña un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio natural y la generación de vida. La rica biodiversidad del Mediterráneo, por ejemplo, se debe en gran parte a la acción del fuego. En Brasil, el fuego estimula la floración de plantas en el Cerrado, la sabana tropical de Sudamérica. De manera similar, la ausencia de incendios en el norte de Australia ha afectado a poblaciones de especies que dependen del fuego.
Por otro lado, la renaturalización contempla aprovechar el papel de la fauna y las plantas en la gestión del fuego. En las Montañas Rocosas de Norteamérica, los castores, al represar los ríos, actúan como barreras naturales que limitan la expansión del fuego. En Mozambique, los búfalos, al alimentarse de vegetación, crean áreas que dificultan la propagación del fuego. Estos ejemplos ilustran cómo una menor intervención humana y una gestión estratégica pueden aportar grandes beneficios.
Además, en los sistemas forestales mediterráneos, la renaturalización podría enfocarse en promover el crecimiento de árboles grandes y bosques más maduros, que generarían microclimas más frescos y mejorarían los ciclos del agua y del carbono. Del mismo modo, se propone aprovechar los fuegos locales y las sequías para favorecer la discontinuidad del bosque mediante la muerte natural de algunos árboles. En contraposición a la actual gestión controlada, artificial y costosa, este nuevo paradigma busca redefinir el rol de la sociedad en el control del fuego, permitiendo que el sistema natural funcione de manera más autónoma y equilibrada, lo que resultaría en bosques más resilientes y una reducción de los costes de gestión a largo plazo, como demostró el caso de Canejan en los Pirineos.