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Biotecnología

Ya puedes alquilar un ordenador hecho con células

Se trata de CL1 y está formada por cerca de un millón de neuronas cultivadas en un microchip de silicio.

Detalle de las células utilizadas por Cortical Labs Cortical LabsCortical Labs

Hablamos del CL1 durante el Mobile World Congress y ahora tenemos una novedad: se puede alquilar. El CL1 es el primer híbrido comercial del mundo de circuitos de silicio y neuronas humanas. Desarrollado por su enorme potencial en la investigación médica, esta máquina biológica, desarrollada en un laboratorio británico, se basa en el prototipo DishBrain, que juega al Pong.

Cada ordenador CL1 está formada por 800.000 neuronas cultivadas en un chip de silicio y su sistema de soporte vital. Si bien aún no puede igualar las asombrosas capacidades de los ordenadores más potentes de la actualidad, el sistema tiene una ventaja muy significativa: consume solo una fracción de la energía de tecnologías comparables.

Los centros de IA ahora consumen la energía equivalente a la de un país, mientras que un conjunto de máquinas CL1 solo utiliza 1.000 vatios y es naturalmente capaz de adaptarse y aprender en tiempo real.

“La neurona se autoprograma, es infinitamente flexible y es el resultado de cuatro mil millones de años de evolución. Lo que los modelos digitales de IA intentan emular con enormes recursos, nosotros lo empezamos con ello”, explica la startup australiana de biotecnología Cortical Labs en su sitio web.

La empresa se asoció con Bit.bio para desarrollar DishBrain, una plataforma experimental diseñada para explorar el concepto de "wetware". Cuando el neurocientífico Brett Kagan y sus colegas compararon su creación con algoritmos de aprendizaje automático de niveles equivalentes, los sistemas de cultivo celular los superaron.

Los usuarios pueden enviar código directamente al sistema de neuronas con soporte sintético, capaz de responder a señales eléctricas casi instantáneamente. Estas señales actúan como bits de información que las células pueden leer y procesar.

Pero quizás el mayor potencial de este híbrido biológico y sintético sea como herramienta experimental para aprender más sobre nuestros propios cerebros y sus capacidades, desde la neurociencia hasta la creatividad.

“Las células epilépticas no aprenden muy bien a jugar videojuegos, pero si se aplican antiepilépticos al cultivo celular, pueden aprender mejor de repente, así como una serie de otras métricas previamente inaccesibles”, explicaba el propio Kagan, destacando la capacidad del sistema para realizar pruebas éticas de drogas.

Las “neuronas informáticas” se desarrollan a partir de muestras de piel y sangre proporcionadas por donantes humanos adultos. Si bien aún existen muchas limitaciones (por ejemplo, las neuronas solo sobreviven seis meses), el potencial de ahorro energético de esta tecnología sugiere por sí solo que vale la pena seguir desarrollando estos sistemas, especialmente dado el precario estado de nuestro propio sistema de soporte vital.

Según informa, las primeras unidades CL1 se enviarán pronto por 35.000 euros… o se podrá alquilar, mediante acceso remoto por 300 semanales.