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¿En qué se basa la personalidad de un perro? Esto dice la ciencia

Según indica una experta de la Universidad de Harvard, existen grandes diferencias entre el cerebro de las razas premodernas y modernas

Un perro comiendo
Un perro comiendoPixabay

Los perros, con sus diversas preferencias y comportamientos, han sido durante mucho tiempo una fuente de fascinación para los amantes de los animales. La pregunta sobre por qué algunos adoran perseguir pelotas de tenis mientras que otros disfrutan más de la compañía de sus dueños ha llevado a la profesora asistente de biología evolutiva humana en la Universidad de Harvard, Erin Hecht, a sumergirse en el intrigante mundo de los cerebros caninos a través del Canine Brains Project.

En una charla organizada por la Brain Science Initiative de la universidad, Hecht compartió su perspectiva sobre cómo los perros pueden ser vistos como un experimento natural de evolución. Considera que observar cómo funcionan sus cerebros proporciona una ventana única para comprender cómo se han adaptado a los requisitos de selección a lo largo de los años. Recordemos que la domesticación de los perros se remonta a aproximadamente 30.000 años.

La investigación de Hecht se centra en la realización de resonancias magnéticas en cerebros de perros, con alrededor de 100 exploraciones al año. Además, recopila encuestas sobre las habilidades de los perros a través de sus dueños, lo que le permite correlacionar la forma del cráneo, el tamaño del cuerpo y la raza con sus habilidades específicas, como la caza, la protección del hogar o el pastoreo.

Los resultados preliminares sugieren que las razas premodernas exhiben una amígdala más grande, la parte del cerebro asociada con la memoria y las emociones. Esto podría explicar su capacidad para distinguir mejor a qué humanos deben evitar. Por otro lado, los perros modernos presentan un neocórtex más desarrollado, lo que mejora su percepción, capacidad de razonamiento y función motora. Esta adaptabilidad también les permite ajustarse más fácilmente a nuevos entornos.

La investigación de Hecht sugiere una relación estrecha entre la forma y el tamaño del cráneo de un perro y su comportamiento. Los perros con un neocórtex más grande tienden a experimentar menos ansiedad y son más fáciles de entrenar. Sin embargo, la experta indica que estos hallazgos no limitan inherentemente el comportamiento de los perros, ya que este puede ser moldeado a través del entrenamiento adecuado.