Ciencia
Qué le sucede a tu cerebro cuando aprendes varios idiomas, según la ciencia
El multilingüismo tiene beneficios regales a nivel cognitivo, como la atención selectiva, la memoria de trabajo o la rapidez mental
Aprender un nuevo idioma es una puerta abierta al mundo: conecta culturas, permite viajar con más libertad, mejora oportunidades laborales y enriquece la vida social. Pero más allá de estos beneficios evidentes, dominar varios idiomas es también un regalo para el cerebro. No sólo se trata de memorizar vocabulario o estructuras gramaticales, sino de activar y transformar profundamente los mecanismos cerebrales que usamos a diario, incluso sin darnos cuenta.
Cada vez que una persona se sumerge en un nuevo idioma, pone a trabajar zonas del cerebro que gestionan la memoria, la atención, la audición, la articulación y el razonamiento. El proceso de aprendizaje implica reconfigurar los “circuitos lingüísticos” que ya conocemos para dar cabida a nuevos sonidos, significados y normas.
Esto es lo que le pasa a tu cerebro cuando aprendes varios idiomas
Según estudios recientes, entre ellos uno llevado a cabo por la Universidad de Leipzig (Alemania), aprender una nueva lengua provoca lo que los neurocientíficos denominan una reorganización neuronal. Esta capacidad del cerebro para adaptarse se conoce como neuroplasticidad, y se traduce en modificaciones físicas dentro del encéfalo, especialmente en áreas como el hipocampo (clave para la memoria) y el córtex prefrontal (relacionado con la toma de decisiones).
El cerebro no sólo aprende un idioma; también se transforma. La doctora Jennifer Wittmeyer, experta en neurociencia cognitiva, ha explicado que las personas bilingües o multilingües tienden a mostrar un mayor volumen de materia gris en las regiones encargadas del lenguaje y la función ejecutiva. Es decir, no sólo procesan mejor los idiomas, sino que también desarrollan mejores habilidades para planificar, organizar y resolver problemas.
Este tipo de entrenamiento cerebral favorece, además, una mayor resistencia al deterioro cognitivo. Algunas investigaciones sugieren que el bilingüismo puede retrasar la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, al mantener activo el cerebro durante más tiempo.
El cerebro infantil: terreno fértil para los idiomas
Aunque nunca es tarde para aprender una lengua, la infancia es el momento ideal para adquirir múltiples idiomas con naturalidad. Los cerebros de los niños son más flexibles, están en constante desarrollo y, por tanto, absorben el conocimiento con mayor rapidez y sin necesidad de traducir desde su lengua materna.
El neurocientífico Arturo Hernández lo resume así: “En los adultos, el nuevo idioma tiene que adaptarse a estructuras ya establecidas por la primera lengua. En los niños, en cambio, cada idioma puede construir sus propias rutas neuronales desde cero”.
Además, estudios de resonancia magnética funcional han demostrado que la actividad cerebral es menor al procesar la lengua materna en comparación con otros idiomas. Esto indica que el idioma aprendido en la infancia se automatiza hasta tal punto que apenas requiere esfuerzo mental.
¿Aprender idiomas te hace más inteligente?
Aunque es tentador pensar que saber varios idiomas convierte a alguien en “más listo”, la realidad es más matizada. Los expertos coinciden en que el aprendizaje de idiomas potencia ciertas capacidades cognitivas, como la atención selectiva, la memoria de trabajo o la rapidez mental. No obstante, esto no significa necesariamente que los políglotas sean más inteligentes que quienes sólo dominan un idioma.
Lo que sí parece claro es que los beneficios cognitivos del multilingüismo son reales, incluso si su origen exacto es difícil de aislar. El entorno, el nivel educativo o las experiencias personales también juegan un papel importante en el desarrollo mental.
En definitiva, aprender uno o varios idiomas no es sólo una herramienta útil para comunicarte con el mundo, sino también un desafío que estimula y fortalece el cerebro. A cualquier edad, implica ejercitar la mente, mejorar habilidades cognitivas y, posiblemente, proteger tu salud mental a largo plazo. Así que la próxima vez que pienses en estudiar un nuevo idioma, recuerda: no sólo estarás ampliando tu mundo exterior, sino también el interior.