Medicina
El secreto de la juventud podría encontrarse en el cerebro
Un estudio en ratones arroja luz sobre los procesos fisiológicos asociados al envejecimiento y cómo éstos podrían llegar a revertirse
Envejecer es uno de los mayores miedos del ser humano. No hay más que mirar a nuestro alrededor: desde Cleopatra bañándose en leche de burra para mantener la piel perfecta a Oscar Wilde relatándonos las desdichas del siempre joven Dorian Gray, pasando por los actuales filtros de belleza de TikTok. Son sólo algunos ejemplos de nuestra incesante lucha contra natura por ocultar las evidencias físicas que acompañan al paso del tiempo.
Pero los motivos por los que nuestro cuerpo se deteriora con los años aún no son tan evidentes. Una nueva investigación, realizada en roedores, sobre los procesos fisiológicos del envejecimiento, revela que el detonante de éstos podría ser la disminución de una hormona segregada en el cerebro. Más concretamente en el hipotálamo. Además, su ausencia estaría relacionada con el decrecimiento de los niveles del aminoácido D-serina, una sustancia muy importante para el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Pese a que nos encontramos en una fase muy temprana del estudio, los resultados podrían sentar las bases para implementar nuevas terapias basadas en la administración de suplementos alimenticios, ayudando a retrasar los procesos del envejecimiento cognitivo.
Ratones más listos y con una piel más tersa
El hipotálamo es una pequeña región situada en la base del cerebro. Y, aunque es popularmente conocido por segregar oxitocina, la “hormona del amor”, también se encarga de muchas otras funciones. Nos avisa cuando necesitamos hidratarnos o comer, controla nuestro ciclo del sueño y regula nuestras emociones y temperatura corporal.
Además, se ha observado que el hipotálamo juega un papel clave en los procesos de envejecimiento del cuerpo. Esta zona del cerebro se ocupa de activar el mecanismo que da pie a la neuroinflamación, la cual está relacionada con el deterioro de las capacidades cognitivas y físicas. Un grupo de investigadores de la Universidad de Xiamen, en China, descubrieron que los niveles de la hormona que inhibe esta inflamación, la llamada Menin, disminuían con el paso de los años, dificultando así regular adecuadamente este proceso.
En el artículo, publicado esta semana en la revista PLOS Biology, plantean una serie de experimentos realizados con roedores de distintas edades. En el primer caso, se disminuyó, en un grupo de ratones jóvenes, la actividad de la hormona Menin. Lo que observaron fue que, al poco tiempo, estos individuos presentaban signos de envejecimiento prematuro, tales como reducción de la masa ósea y del grosor de la piel, disminución de sus capacidades cognitivas y deterioro de su calidad de vida. Pero lo más sorprendente es que este proceso también funcionaba a la inversa. Para demostrarlo, introdujeron en un grupo de ratones de avanzada edad el gen que controla la formación de dicha hormona. Treinta días más tarde, los ratones presentaban una piel más lustrosa y un aumento en su masa ósea, además de mostrar una mejoría en su capacidad de aprendizaje.
¿Seremos jóvenes por siempre?
Los investigadores observaron otro aspecto remarcable inducido por la presencia o no de la hormona Menin. Al parecer, también regula la actividad de la enzima encargada de sintetizar la D-serina. Se trata de una molécula, concretamente un aminoácido, bastante conocido en el campo de la alimentación por ser utilizado como suplemento dietético para la mejora del sistema nervioso. La D-serina se puede encontrar además de forma natural en la soja, los huevos, el pescado y las nueces.
En los ratones a los que se les inhibió la hormona Menin, se observó también una disminución en los niveles de D-serina. Por otra parte, a aquellos que se les aumentó el nivel de dicha hormona, mostraron más presencia de este aminoácido en la región central del cerebro, la cual se encarga del aprendizaje y la memoria.
Los investigadores vieron que, administrando a los roedores durante tres semanas una dieta suplementada con D-serina, conseguían beneficios muy parecidos a los observados cuando aumentaban el nivel de hormona Menin. Aunque, en contraposición a lo deseado, estos beneficios sólo afectaban a la parte cognitiva.
Parece que aún estamos lejos de descubrir el secreto de la juventud eterna, al menos en lo que a la apariencia física se refiere. No obstante, los resultados observados con la dieta rica en D-serina podrían dar lugar a un tratamiento potencialmente prometedor frente a enfermedades derivadas del deterioro cognitivo, como el Alzheimer o la demencia. Aun así, son necesarios más experimentos para entender mejor cual es la vía de actuación de este aminoácido. Además, un estudio más a fondo permitirá descartar si la D-serina podría activar otros procesos biológicos, quizás no tan beneficiosos para nuestra salud.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Los complejos alimenticios son compuestos sintéticos que contienen una alta concentración de nutrientes y que suplementan una dieta equilibrada. Estos son muy beneficiosos en el caso de que nuestro organismo padezca alguna anomalía, no siendo capaces de obtenerlos a partir de la alimentación. Sin embargo, el consumo de suplementos sin ninguna regulación por parte de un profesional puede ocasionarnos problemas de salud a largo plazo.
REFERENCIAS (MLA):
✕
Accede a tu cuenta para comentar