Cambio climático
Ni la sequía ni la contaminación: el verdadero peligro que acecha uno de los lagos más importantes del planeta está bajo tierra
El Gran Lago Salado de Estados Unidos, en su peor momento, ha revelado un secreto inesperado: un inmenso acuífero de agua dulce bajo su lecho que podría ser clave para su futuro y para frenar la contaminación
El Gran Lago Salado de Utah, en Estados Unidos, se está secando a un ritmo alarmante, y el retroceso de sus aguas está sacando a la luz un paisaje insólito. Sobre el lecho agrietado y polvoriento han comenzado a emerger unas extrañas islas cubiertas de juncos, unas formaciones geológicas que han despertado de inmediato la curiosidad de la comunidad científica local. Un equipo de geólogos de la Universidad de Utah investiga ahora este fenómeno con una hipótesis principal: estas ínsulas no son otra cosa que la manifestación visible de un complejo y desconocido sistema de aguas subterráneas.
De hecho, los investigadores sostienen que estas estructuras se forman por la presión del agua subterránea dulce que, atrapada bajo las capas de sedimento del lago, pugna por ascender hasta la superficie, creando estos pequeños oasis de vegetación en mitad de la sal. Para confirmar esta teoría, el equipo ha desplegado una serie de tecnologías avanzadas, desde piezómetros que miden con precisión la presión del agua en el subsuelo hasta sondeos electromagnéticos aéreos capaces de generar un mapa tridimensional de las capas subterráneas del lago. Estos hallazgos subrayan la importancia de los complejos procesos geológicos subterráneos, que también son clave en la búsqueda de la energía del futuro que emana del corazón de la Tierra.
Asimismo, los primeros hallazgos han resultado reveladores y han confirmado la existencia de agua dulce a gran profundidad bajo el lecho, incluso en zonas muy alejadas de la orilla, lo que sugiere un sistema acuífero mucho más extenso de lo que se pensaba. Los nuevos datos, tal y como recogen desde ScienceDaily, apuntan a que la descarga de esta agua subterránea podría representar hasta un 12 % del aporte hídrico total del lago, una cifra muy superior al 3 % que se estimaba hasta ahora.
Un acuífero que podría cambiar el futuro de la región
En este sentido, los científicos también están empleando análisis de isótopos para rastrear el origen y la antigüedad de esta agua, con la intención de determinar si procede de las montañas cercanas, como se sospecha. Este conocimiento es fundamental, ya que uno de los objetivos del estudio es valorar la posibilidad de utilizar este recurso para una tarea muy concreta: restaurar la costra salina del lecho del lago. Si se lograra, se podría mitigar de forma considerable la peligrosa contaminación por polvo que afecta a la región cada vez que el viento levanta los sedimentos tóxicos expuestos. Proyectos de esta envergadura demuestran la capacidad humana para influir en los sistemas hídricos a gran escala, a veces con consecuencias tan dramáticas como la de una presa gigantesca capaz de mover el eje de la Tierra.
No obstante, los expertos lanzan una advertencia clara sobre la necesidad de actuar con cautela. Antes de considerar cualquier tipo de explotación de este recurso hídrico recién descubierto, es crucial comprender a fondo su naturaleza y su capacidad de regeneración. Insisten en que podría tratarse de un sistema frágil y que una gestión inadecuada podría tener consecuencias imprevistas y perjudiciales para el ya delicado equilibrio del ecosistema del Gran Lago Salado.