Lactancia

Carta a la nueva directora del Instituto de la Mujer

«Me escribieron cientos de mujeres, mujeres que no habían podido dar de mamar, que se habían sentido obsesionadas o fracasadas. Algunas habían llegado al intento de suicidio o al divorcio». (Beatriz Gimeno- Directora del Instituto de la Mujer)

«Reivindico que a nivel político se debe apoyar a la madre que desea amamantar»
«Reivindico que a nivel político se debe apoyar a la madre que desea amamantar»larazonLa Razón

Catalogar de buena o mala madre por el hecho de amamantar o no, es tan estúpido como el jactarse de ser la mejor madre del mundo. Yo diría, al respecto, que la leche materna es el alimento de mayor calidad y valor indiscutible, sin comparación con ninguna otra y debería ser primordial como alimento de todos los bebés.

Siendo esencial informar a la futura madre para que decida como quiere alimentar a su bebé, respetando y apoyando su decisión. En el desempeño de mis funciones de enfermera pediátrica, nunca he «perseguido» a ninguna mujer para que amamantara. En cambio al igual que muchas de mis colegas «prolactancia» he atendido a muchísimas madres que deseando amamantar no han encontrado el suficiente apoyo profesional para ello, algo que no sucede a las mujeres que deciden dar leche de fórmula.

Parir y amamantar es un hecho biológico, en la «aventura» de amamantar no hay paridad que valga y sí en ocasiones necesidad de mucho apoyo de la pareja para conseguirlo. Lo primordial, Sra. directora del Instituto de la Mujer, es respetar y apoyar a cada mujer según su decisión. Y mi deseo, al igual que el de muchas mujeres, es que personas como usted que hoy ocupan un cargo público, desde su actual lugar protejan, defiendan y favorezcan que toda madre que «quiera amamantar» encuentre el apoyo social y sanitario para poder hacerlo.

Porque aunque como usted bien dice, «lactar es algo que las mujeres llevamos haciendo desde hace siglos», desafortunadamente siento contradecirla en que se requiere en ocasiones de «ayuda». Afirmar lo contrario es situarse en una posición ignorante. Señora Directora, disculpe que tan humilde ciudadana se dirija a usted y siendo benévola le diga, que me resulta pasmosa su afirmación sobre la lactancia.

Yo no ostento cargo alguno, pero me avalan más de veinte años de profesionalidad (enfermera) y más de la mitad de estos en contacto directo con madres lactantes. Y le aseguro que nunca, y nunca es nunca, he podido escuchar de las madres tanta desesperación como usted afirma haber escuchado, que lleve incluso al borde del suicidio a una mujer por no haber conseguido amamantar.

Con ello no quiero decir que no haya mujeres que, llámelo como usted quiera, no sientan cierta frustración, tristeza o pena por no conseguirlo. Por supuesto que «haberlas haylas», no se lo niego, incluso son más de las que deberían.

Pero, también me pregunto, el motivo, la causa o la razón del por qué estas mujeres no lograron alcanzar su objetivo ¿Por qué en una sociedad tan avanzada como la nuestra, nos encontramos con madres que, con o sin dudas, con o sin problemas de lactancia reciben presiones para alimentar a su descendencia con leche de otra especie? ¿Por qué las mujeres encuentran escasa ayuda de profesionales sanitarios que se supone deben de estar capacitados para apoyar y ayudar a toda mujer que quiera amamantar?

Pregúntese usted misma cuántos intereses económicos existen detrás de estas respuestas. Abra su mente Sra. Gimeno, porque no convence a nadie el que diga que la lactancia es una práctica política para apartar a las mujeres del mundo laboral. Las mujeres deciden libremente e independientemente de su ideología política amamantar o no.

Son muchas las «feministas» que abanderan actualmente la lactancia materna como símbolo de libertad femenina. La lactancia y la maternidad son determinaciones que tan solo las mujeres podemos tomar, y estamos en nuestro derecho de exigir el apoyo de los representantes políticos para poder dedicar a nuestros hijos libremente el tiempo que queramos, sin que nos manipulen, ni se mezcle el feminismo., o el hembrismo..., o lo que usted quiera, con tal de socavar la lactancia. Deje de argumentar vericuetos sin evidencia en los que va a salir perdiendo, ya que la ciencia no se basa en opiniones.

No continúe con afirmaciones del calibre de que «hay alternativas que son igual de buenas y que no afectan en nada a la salud de madres y bebés», o que «hay muchos estudios que muestran que sus beneficios no responden a la ciencia, que están metodológicamente mal hechos y que se hacen desde el principio para demostrar que la lactancia es superior a la leche de fórmula».

Vamos, que usted defiende algo que ni siquiera la industria de leche de fórmula se atreve a hacer. Demostrando con ello que poco sabe de ciencia y de estudios científicos, ni tampoco parece ser que sea consciente de quién financia muchos de los estudios científicos de los que usted da por metodológicamente superiores y creíbles. Usted habla de la lucha de los «lobbys» de las industria de formula y los partidarios de determinadas ideologías políticas. Perdone que me atreva a decirle que mezcla churras con merinas, para justificar lo indiscutible.

Porque, mire usted, muchas madres agradecerían que hubiera más «lobbys» que lucharan para apoyar y proteger sus lactancias, ya que esta no va de ideologías políticas, se lo aseguro. ¿No se da cuenta que la contienda solo existe en su cabeza?, ¿qué somos David contra Goliat?

En definitiva, no me malinterprete, me parece maravilloso que existan alternativas de alimentación para las madres que no deseen amamantar o para aquellos casos, que dicho sea de paso son pocos, en que la madre no pueda dar de mamar.

Pero no es posible que nos intente hacer creer que este tipo de leches tienen los mismos beneficios para la madre y el lactante, a poco erudito que sea uno en el tema sabe que esto no es cierto.

Creo y reivindico que a nivel político se debe apoyar a la madre que desea amamantar, porque los beneficios de esta práctica también se extienden a lo económico y con ello se ve favorecida toda la sociedad. Por cierto le invito a leer sobre ello, ya que existen muchos estudios que respaldan los beneficios económicos de la lactancia materna.

Y con todo lo dicho, siempre me he preguntado, ¿por qué los políticos hacen oídos sordos a tantos beneficios y ventajas que la lactancia materna ofrece? Y mi razonamiento es que, quizás sea porque gran parte de estos beneficios, al contrario que sus carteras ministeriales, son a largo plazo.

De todos modos, usted tiene todo el derecho de exponer libremente su criterio, pero siento decirle, que no es más que una opinión personal, que le aseguro que no tiene fundamento científico que la avale y, como rectificar es de sabios, le invito a hacerlo.

Pueden enviar sus preguntas a consultalactancia@larazon.es