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Caso Alcàsser

La Audiencia de Valencia ordena nuevas diligencias sobre la fuga de Antonio Anglés

Solicitan el interrogatorio de un agente de transporte que habló por teléfono con el fugitivo

Una ficha de identificación de Antonio Anglés larazon

La sombra del Caso Alcàsser vuelve a planear sobre la Comunitat Valenciana. La Audiencia Provincial de Valencia ha ordenado nuevas diligencias sobre la pieza separada en la investigación sobre la fuga de Antonio Anglés, uno de los autores del asesinato de las niñas de Alcàsser. Una decisión que se toma en contra del criterio de la jueza de Alzira que recibió el traspaso de la causa, según ha informado este viernes el diario Las Provincias.

Al parecer, el tribunal valenciano ha admitido el recurso que presentó la acusación popular que ejerce en esta causa la Asociación Clara Campoamor contra el sobreseimiento provisional de las diligencias en 2019 en Reino Unido, tras una comisión rogatoria internacional, que permitieron averiguar algunos datos nuevos.

De esta forma, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) todavía mantiene a Anglés en la lista de delincuentes más buscados del mundo, ya que su pista se perdió cuando se embarcó como polizón en un barco que llegó a Irlanda, y el caso por lo tanto nunca llegó a cerrarse.

Según indica la Audiencia, se ha dispuesto a practicar unas diligencias para que se localice y vuelva a interrogar a algunos miembros de la tripulación del buque que cubría el trayecto Lisboa-Dublin en marzo de 1993 en el que supuestamente viajó como polizón Antonio Anglés.

Además, los magistrados entienden que esas diligencias “tienen una finalidad útil y pertinente para la continuación del procedimiento “y resultan proporcionadas a la evidente gravedad de los hechos delictivos objeto de investigación”.

Tras asegurar en una entrevista televisiva –del programa ‘Equipo Investigación’ de La Sexta– que un miembro de la tripulación había ayudado a Anglés a escapar, la jueza consideró oportuno tomar declaración de nuevo al marinero, que ya está jubilado, pero sus manifestaciones ante la Policía inglesa no permitieron esclarecer cómo logró huir el polizón.

La Unidad de Cooperación Judicial del Gobierno británico informó de las pesquisas a la jueza de Alzira y alGrupo de Localización de Fugitivos Internacionales de la Policía Nacional, que no ha dejado de revisar el caso.

Según las últimas declaraciones del capitán y otros marineros del barco, Anglés mantuvo una conversación telefónica con un trabajador de una compañía de transportesde Lisboa mientras estaba retenido en el ‘City of Plymouth’, el buque donde se escondió para huir de Portugal.

La llamada se realizó desde el barco días antes de que atracara en el puerto de Dublín. Momentos antes, el prófugo se había identificado con un nombre falso, Carlos Joaquim Carvalho Gonzales, el toxicómano que le dio cobijo en el puerto de Lisboa, y había mostrado hasta tres documentos de este hombre ya fallecido.

Además, un miembro de la tripulación fotografió al criminal durante la travesía por el océano Atlántico sin saber en ese momento las atrocidades que había cometido en España. Creía que era un polizón cualquiera y no le contó a la Policía que había hecho aquella foto cuando un agente le tomó declaración en Liverpool en 1993.

Tras conocer estos datos, la acusación popular del caso Alcàsser, que ejerce el abogado Virgilio Latorre en representación de la Asociación Clara Campoamor, solicitó a la jueza la localización de la foto de Anglés y la identificación del agente de transporte que habló por teléfono con el fugitivo, tal y como publica Las Provincias.

No es la primera vez que interrogan al capitán; se hizo ya en 1993 cuando aún el escándalo de la huida de Anglés llenaba páginas de diarios y minutos de televisión.

De nada sirvió, porque el irlandés no arrojó más luz sobre uno de los casos sobre los que más se ha especulado en la historia reciente de España. Según los interrogatorios que se llevaron a cabo por aquellas fechas, la tripulación logró encerrar al fugitivo en un camarote, pero al arribar a puerto el sospechoso ya no estaba, lo que llevó a pensar a la policía que en su huida había contado con la ayuda de algún tripulante.

A día de hoy se sigue sin conocer el paradero de Antonio Anglés, al que se le atribuyen los cargos de rapto, violación, asesinato, inhumación de cadáver y tenencia ilícita de armas.

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