El Gallinero

Movimientos en el PPCV

Las deserciones no son otra cosa que cambiar la lealtad hacia el nuevo jefe

El relevo de Pablo Casado al frente del Partido Popular, como corresponde, está originando revuelo en las filas de la organización. Por supuesto, la Comunidad Valenciana no se libra de ello. De ahí que desde el martes se ha producido una cascada de deserciones, incluidos quienes todo le debían, expresando la fidelidad a las siglas de la formación como justificación al cambio de lealtad hacia el nuevo jefe, al gallego Alberto Núñez Feijóo.

No me sorprende. Es condición humana, en política en grado superlativo, aquello «a rey muerto, rey puesto». Así, en lo que se conoce como «círculos populares» se comentaba no sólo el futuro de ciertos personajes de la plana mayor del PP -Javier Maroto, Cuca Gamarra o Dolors Monserrat y demás- sino también quienes durante este periodo han sido escuderos de Casado desde la propia campaña de las primarias -Vicente Betoret, Belén Hoyos, Luis Santamaría...- algunos de ellos con despacho en la sede nacional.

Eso sí, los interlocutores de mi amigo Rogelio coinciden en general en que Feijóo mantendrá la cúpula del PPCV y Carlos Mazón y María José Catalá seguirán en sus responsabilidades. Parece lo normal, dejar las cosas como están y ponerse el mono de faena para surfear el sentido de la ola actual favorable a Vox hasta modificar su sentido.

Es verdad que hoy muchos de los cargos del PPCV, también de en otras autonomías, son vulnerables. Y creo que fue Andreotti en «Il divo» quien decía que «la vulnerabilidad tiene un alto precio imposible de pagar». Así es la vida.