Tribunales
El cuerpo de Marta Calvo pudo pasar desapercibido en la planta de residuos de Los Hornillos
La defensa del asesino consigue que varios testigos confirmen la adicción de Marta Calvo
El juicio de Marta Calvo se ha retomado en la mañana de hoy después del amago de infarto sufrido por el letrado que representa a la mayoría de las acusaciones, Juan Carlos Navarro, y que permanece a día de hoy hospitalizado y estable.
La vista ha comenzado con la declaración de varios testigos que tenían que haber declarado ayer y que no lo hicieron al suspenderse la vista hacia el mediodía.
Así, Enrique Vivó, director de producción de la planta de residuos de Los Hornillos, en Quart de Poblet, ha explicado que, aunque no es probable, sí que es posible que varias bolsas de basura con restos de Marta Calvo podrían haber pasado por la planta sin ser vistas. “Incluso una cabeza o un brazo, si van en una bolsa, sí”.
El director ha explicado que “no hay capacidad de abrirlo todo. Buscamos objetos valorizables”. Y ha añadido que “el rechazo se embala con alambres y eso va al vertedero de Dos Aguas”.
Cabe recordar que en el vertedero de Dos Aguas los restos fueron buscados por la Guardia Civil, durante semanas, sin éxito.
Otro de los testigos, de nombre Roberto y que fue vecino “puerta con puerta” de Marta Calvo en la calle Rumbau de Valencia, ha explicado que Marta era consumidora de cocaína. Ambos se conocieron durante tres meses, y mantuvieron relaciones sexuales. A este testigo “le sonaba” que la víctima “tenía un amigo de raza gitana que le suministraba” porque “tenía un problema de adicción, de dependencia”.
En el mismo sentido se ha manifestado otro testigo, de nombre Rafael, quien tras visitar una página de anuncios, contactó con Marta Calvo. “Contacté a mediodía, quedé por la tarde pero ella no podía y acudí sobre las nueve de la noche”. Ha declarado que “pudo consumir entre cinco y siete rayas de cocaína” y que “la cocaína la tenía ella”. Y ha concluido que “después iba a estar con otro cliente”.
Por su parte, otro testigo, también de nombre Rafael y de raza gitana, explicó que era “escolta y taxista de Marta Calvo” porque le proporcionaba lo que necesitaba y la trasladaba a los lugares donde tuviera que ir. Ha explicado que “le llevaba güisqui, tabaco, estupefacientes...”
Ha explicado que “por mi ley gitana yo me tengo que limpiar las manos como Poncio Pilatos” y ha contado lo que ocurrió y que “me llamó la madre de Marta Calvo para que le acompañara a una casa en Manuel. Y fuimos y no había nadie”.
Por su parte, Alicia Mas, de la Clínica Amas, explicó que Jorge Ignacio Palma, el asesino confeso, estuvo en la clínica en 2017 para “una deshabituación de las drogas”. Según ha explicado “su tratamiento fue intermitente. Del 17 de agosto de 2017 al 16 de enero de 2018. Cada quince días”. Y ha añadido que no sabe si Palma acudió “porque quería dejar las drogas o para buscar el atenuante de toxicomanía”.
También ha declarado una persona a la que Palma le conseguía de ves en cuando “cinco gramitos” (de cocaína) y al que le dejo el coche Volkswagen Passat en la puerta de casa, tras presuntamente trasladar el cuerpo de Marta Calvo. Este testigo, de nombre Antonio, ha declarado que en un viaje a Gandia con Palma, este le dijo, en un determinado lugar, que ese era un buen sitio para esconder un cadáver. Que en aquel momento le extrañó, pero que tiempo después, cuando declaró ante la Guardia Civil, ya no pudo recordar el sitio exacto.
También ha dicho que Palma “tenía arranques de ira y lanzaba un móvil contra la pared”. Ha explicado que Palma intentó ponerle a su nombre el vehículo Passat, algo a lo que se negó.
El tribunal ha ordenado las próximas sesiones, y así, el asesino confeso, declarará mañana tras el testimonio de los forenses.
Tras este declaración, vendrán los informes de las partes a partir del próximo lunes, siendo los últimos informes los de la defensa del asesino, y los de las acusaciones que ejercía el abogado Navarro que ayer fue ingresado. De este modo, el tribunal trata de dar tiempo al letrado para que se reincorpore. Caso de no ser ello posible, el informe será defendido por la letrada que le ha sustituido en la sesión de hoy. Tras los informes, la magistrada Clara Bayarri elaborará el objeto del veredicto del jurado durante dos días y luego será entregado a las partes para la redacción final. Y a partir de ahí, éste se entregará a los jurados que se encerrarán en un hotel por un máximo de ocho días para emitir el veredicto.
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